Exhibición de un Betis muy grande (1-3)

Gerona/Exhibición por todo lo alto de un Real Betis Balompié que se puso el traje de gala para borrar de la faz de la tierra a un Girona que, no se olvide, fue confeccionado para disputar la Liga de Campeones en el presente curso. Las tornas se han cambiado, sin embargo, la escuadra de don Manuel Pellegrini es la que va lanzada como un cohete hacia todos los objetivos que se le pongan por el camino, mientras que el equipo dirigido por Míchel comienza a verle las orejas al lobo ante la posibilidad de meterse de lleno en un lío. El Betis lo aprovechó y fue un torbellino desde el arranque para barrer al rival.

Así es el fútbol de fluctuante y, al mismo tiempo, de justo a la hora de premiar a quienes realizan un trabajo para subir escalones y aciertan, sobre todo aciertan. El Betis de este tramo está absolutamente lanzado hacia el éxito. Y existen muchas razones para ello, la principal es que fue reforzado en invierno por cuatro futbolistas de mucho nivel, dos de ellos superlativos y otros dos con la posibilidad de un crecimiento importante en el mundo del fútbol. No hace falta decir que es una referencia a Isco y Antony, los dos magos de la plantilla, además de Cucho Hernández, un excelente delantero por mucho que no marque goles todos los partidos, y Jesús Rodríguez, un aspirante a crack con toda la razón.

Aunque en Gerona no jugara el alcalareño en el equipo titular, está claro que son cuatro hombres de campo sobre diez, lo que hace que el equipo haya crecido de manera exponencial. Y, por supuesto, que nadie aluda a que Isco estaba ya en la plantilla, pues el malagueño estuvo lesionado prácticamente hasta Navidad y no aportó al equipo su liderazgo hasta 2025 prácticamente.

El Betis, además, confió en Pellegrini en el momento que generó más dudas y ahora mismo parece que está en el mejor momento del curso. Ya no se echa en falta a nadie, ni siquiera a un defensa del nivel de Diego Llorente, y encima cada decisión que toma el entrenador chileno sirve para mejorar aún más a todo el colectivo. Por ejemplo, la presencia de Pablo Fornals en el medio centro como acompañante de un Johnny que le da el equilibrio necesario a todo. El castellonense tiene fútbol y mucha sapiencia para manejarse en el campo, lo que también le ha añadido otro punto de nivel al resto de sus compañeros.

Encima los actores secundarios, léase Adrián, Aitor Ruibal, Bartra, Natan, hasta el propio Perraud y los hombres que salen desde el banquillo, como Abde o cualquiera de los que elija Pellegrini en cada momento puntual, mantienen también el nivel para aspirar a lo más grande.

Inversión de las tornas

Sirva todo lo anterior para introducir a la disección de este Girona-Betis que sirvió para dejar muy claro que los verdiblancos han invertido las tornas respecto al maravilloso curso protagonizado por los catalanes en la anterior campaña. Les falta sólo confirmar su presencia en la Champions, algo que está cada vez más cerca, con el Villarreal sólo a un punto aunque con un partido menos para los levantinos. Pese a la derrota de hace una semana en el Benito Villamarín, sin embargo, las sensaciones son que el Betis está en un mejor momento en la actualidad, está subido en la ola.

La demostración más evidente fue la salida del equipo de Pellegrini en Gerona. Con Abde en el lugar de Jesús Rodríguez como novedad más destacada tras los buenos minutos del extremo marroquí en Polonia contra el Jagiellonia, la titularidad lógica de Perraud por el lesionado Ricardo Rodríguez y la entrada en el equipo del comodín Aitor Ruibal en el lateral derecho, el Betis fue desde el primer minuto con el triunfo, algo que comenzaría a encauzar muy prontito.

Sólo se llevaban consumidos seis minutos cuando Isco lanzó un saque de esquina desde la banda derecha del ataque bético. Johnny volvió a demostrar su sapiencia a la hora de saber colocarse, se desprendió de la marca de Krejci y remató picado a la red con tremenda precisión. El partido se encauzaba muy pronto para los heliopolitanos, aunque aún restaba mucho tiempo por delante y está claro que el Girona también tenía que apretar.

Lo hizo durante algunos minutos y el Betis le cogió el gusto a salir a la contra, sobre todo a través de un Antony que mostraba toda su velocidad para enseñarle la matrícula al veterano Danny Blind, ex Ajax como él. El brasileño se fue en varias jugadas, en una de ellas Abde remató mal tras una gran combinación entre el zurdo e Isco (16’). Pero el camino ya estaba trazado buscando esa vía del cambio de ritmo en veloces contragolpes.

Es cierto que Adrián evitó el empate con un paradón a Asprilla tras una pérdida de Isco (29’), pero el Betis no iba a tardar en dejarlo todo sentenciado. Otra contra y un empalme con la derecha, sí con la derecha, de un Antony lanzado. Y la sentencia no se hizo esperar con un cabezazo de Isco tras un paradón de Gazzaniga a Abde que ya pudo ser gol con anterioridad.

El Betis había hecho todo el trabajo, el maravilloso trabajo, en la primera mitad y hasta pudo dosificar a Isco, con el paso de los minutos. Las ocasiones se repartieron entre unos y otros, pero los béticos siempre estuvieron tranquilos con el 0-3 fruto de la maravillosa exhibición de la primera mitad, sólo alterado con el gol final de Stuani. Pero con semejantes argumentos futbolísticos, soñar está más que permitido. Y con fundamento.