Aris Limassol-Betis | Informe técnico

La fragilidad de la defensa del Betis se está haciendo crónica

El central Pezzella se anticipa a Guido Rodríguez para cabecear.

El central Pezzella se anticipa a Guido Rodríguez para cabecear. / Efe

El Betis tenía que ganar como fuera y ganó. Incluso esa victoria absolutamente opaca cuando el árbitro pitó el final del partido, tuvo algún destello de brillo en cuanto el bético comprobó que su equipo lidera el Grupo C. Las alegrías obran como manto inmejorable para tapar las vergüenzas que el equipo heliopolitano volvió a airear ante un rival que, por mucho que derrotara al Rangers en la jornada anterior, ofreció un nivel paupérrimo y aun así estuvo a punto de ponerse 1-0 en el minuto 74 con un tiro cruzado a la cepa del poste, y a punto de restablecer el empate en el último instante con otro testarazo a la madera. El Betis ganó porque parecía imposible que no lo hiciera ante el conjunto chipriota, pero estuvo en el alambre porque siempre acaba destapándose atrás (providencial Pezzella una vez más) y porque arriba, ese sistema 4-4-2 que ensayó Manuel Pellegrini con Ayoze acompañando a Willian José arriba no soltó amarras como esperaba el gran entrenador chileno.

Defensa

No hay manera de que el Betis viva un partido sin sobresaltos atrás. Imposible. Parece utópico. A los cinco minutos, Pezzella ya se tuvo que poner la capa para volar hasta la portería de Rui Silva, quien tuvo que salir a la desesperada tras colarse Babicka a la espalda de Marc Roca y Abner. Lo fácil que es ganarle la espalda a este Betis. Ya lo hicieron los checos del Sparta al comienzo del partido en el Benito Villamarín.

El remiendo de Marc Roca atrás por la falta de centrales en la primera plantilla bética abre una grieta unos metros más arriba: el trote cansino de William Carvalho ayuda poco a la resta en la zona ancha y Guido no puede estar en todas, aunque a veces lo parezca. Ahí, el lanzador de turno, el que ve el fútbol de cara, puede originar un fuego a poco que un astuto atacante, abierto a la banda, explote la debilidad de la zaga verdiblanca a su espalda. Ese agujero lo tiene que tapar cuanto antes Pellegrini, porque ante equipos de más nivel que este Aris, que van a ser casi todos los que se encuentre el Betis esta temporada, puede pagarlo caro.

Ataque

Pellegrini ensayó esta vez con dos delanteros, Ayoze más Willian José, para que fuera William Carvalho quien, sobre el papel, uniera las líneas algo más descolgado que Guido. No fluyó por dentro ese juego que suele tejer Isco cuando se asoma al balcón del área. Por fuera lo intentaron Luiz Henrique y Abde encarando a su par en cuanto podían, pero hubo más fuego de artificio que pólvora en la primera mitad. Abde sí fue afinando, por su insistencia, su concepto del juego tan vertical y su buen fondo para encadenar carreras explosivas.

Virtudes

La seguridad que inspira Pezzella, providencial, y la verticalidad e insistencia de Abde.

Talón de Aquiles

Su fragilidad se hace crónica.

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