Una temporada más el Betis tendrá que hilar fino para cuadrar los números entre la necesidad de reforzar la plantilla para darle a Manuel Pellegrini los mimbres suficientes para competir arriba un curso más, y que el técnico chileno no se canse de promesas incumplidas, y la obligación de cumplir con el límite salarial que tantos quebraderos de cabeza ya le dio al club y a sus gestores el pasado verano.

Tres clasificaciones europeas de manera consecutiva y otra anterior más o menos reciente como la conseguida por Quique Setién no cambian el panorama verdiblanco de cada verano, acuciado por las reglas que impone LaLiga. Ya el año anterior la solución fueron los avales personales para poder inscribir a los últimos futbolistas y este mercado estival no será mucho más fácil pese a que hace unas semanas el presidente de la entidad heliopolitana, Ángel Haro, viniera a decir que la situación, siendo parecida, es un poco mejor.

Pese a ese "poco mejor", en el Betis ya se habla de ampliación de capital, una operación financiera que permite el incremento de los recursos propios de una empresa que es demonizada por unos y vanagloriada por otros. El caso es que sin grandes ventas en las últimas ventanas de fichajes parece que es el camino para dotar de liquidez para que el club pueda reforzar una plantilla que ya este campaña recién acabada fue peor y más corta que la anterior.

Es evidente la necesidad de cambiar varias piezas, porque el plantel va cumpliendo años y la imposibilidad de ir con garantías al mercado está impidiendo la necesaria y lógica revitalización del vestuario. Sin embargo, independientemente del poco o mucho dinero, otro de los problemas de este Betis es la gestión. Willian José está en el disparadero de salida y el precio de venta que ha puesto el club es, según ABC, de 8 millones de euros. A partir de ahí habrá que restar en la lógica negociación de quien lo quiera, que ya sabe que el deseo del Betis es quitárselo de encima.

El brasileño no cumplió con las expectativas esta campaña, después de que un curso antes llegase cedido y marcase 10 goles en 44 encuentros, 24 de ellos como titular. Tampoco eran números para tirar cohetes y aun así el Betis pagó algo más de 10 millones por hacerse con sus servicios con un contrato hasta 2026 para marcar en este ejercicio seis tantos en 39 encuentros, saliendo de inicio sólo en 14.

En esa línea de gestión cabría destacar también los largos contratos de jugadores que cuentan poco para el técnico como Montoya, fichado en 2020 y al que todavía le queda un año más de vinculación, disponer de tres porteros en la plantilla en vez de tirar del filial en caso de necesidad o la más que posible renovación de Guardado por una campaña más. Víctor Ruiz dice adiós al equipo después de tres temporadas en las que fue de más a menos lastrado por las lesiones (en la 2020-21 disputó 31 encuentros; en la 2021-22, 17 y en la actual, 14 partidos). Camarasa fue otra apuesta que salió mal por culpa de las lesiones y está por ver si el precio pagado por Luiz Henrique y Abner es caro o salen baratos.