Real Betis

El 'olentzero' más injusto

  • El Athletic se lleva un gran regalo de su visita al Betis en forma de tres puntos

  • Amat, con su roja directa, se llevó carbón y se pierde el derbi

Los jugadores verdiblancos se acercan tras el partido a la afición, que ya empezó a alentarlos cara al derbi.

Los jugadores verdiblancos se acercan tras el partido a la afición, que ya empezó a alentarlos cara al derbi. / fotos: Antonio pizarro

Cuenta la leyenda que cada 25 de diciembre, en el País Vasco y en sus zonas colindantes, los más pequeños despiertan con regalos traídos por un personaje que responde al nombre de olentzero, un mitológico carbonero nacido en algún pueblo de Navarra y que reparte felicidad allá por donde pasa. No tuvo que esperar el Athletic para recibir su regalo: un más que injusto triunfo ante un Betis valiente, que incluso con uno menos sobre el césped, trató de ponerle las cosas complicadas al equipo bilbaíno.

Quizás por eso de las raíces comunes, el mayor regalo del olentzero fue para Raúl García. El futbolista navarro, que ayer cumplía 400 partidos en la máxima categoría del fútbol español, tuvo la ocasión de adelantar a los suyos desde el punto de penalti después de que el árbitro señalara pasada la media hora de partido una infracción tan infantil como clara cometida por Jordi Amat, que vio la tarjeta roja directa tras golpear a Laporte justo frente al colegiado. Una dosis de carbón nada dulce y mayor para el zaguero catalán, ya que esa expulsión impedirá que pueda disfrutar del derbi en el Sánchez-Pizjuán ante el Sevilla con el que volverá a la competición el Betis.

El segundo gol fue otro injusto regalo que el olentzero dejó en el Benito Villamarín para un Athletic que demostró estar sin ideas frente a un equipo que jugó con diez la segunda mitad de partido. Lo reflejó el enorme suspiro que José Ángel Ziganda, entrenador del equipo bilbaíno, soltó al ver cómo Feddal tras un centro de De Marcos se metía un gol en propia puerta en el tramo final del choque: volvían a casa con los tres puntos.

El resultado deja una amarga sensación en el plantel verdiblanco, que sabían que un triunfo los metía de nuevo en la pelea por los puestos europeos. Y acabar el año entre codazos por la próxima temporada pasearse por Europa llena de moral y hubiera servido para poner la guinda final a una semana en la que el club confirmó los 52.000 abonados para el curso. Sin embargo, toca mirar de reojo a los puestos de descenso, que están a seis puntos.

La puesta en escena verdiblanca fue realmente buena. Camarasa remató al palo y Joaquín, y los diez compañeros que como él repetían en el once por primera vez en toda la temporada, se transportó durante unos instantes a La Rosaleda al reclamar un gol fantasma que, al contrario que en Málaga, no entró en sus totalidad: el colegiado acertó. Pero perdonó el Betis y lo acabó pagando con una derrota.

Sin embargo, la afición verdiblanca despidió a los suyos con aplausos por el desgaste mostrado. Llegar con las pilas cargadas al derbi bien lo merece.

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