At.Madrid-Betis | Los nombres propios

De la pesadilla de Bellerín al recuperado empaque de Guido y Carvalho

Guido Rodríguez se anticipa a Witsel.

Guido Rodríguez se anticipa a Witsel. / Europa Press

El Betis se reencontró con el orden táctico y el empuje de Guio Rodríguez más la pausa y la calidad en el pase y el golpeo de William Carvalho. No le bastó para pescar en un río, el del Metropolitano, que se le está negando al equipo verdiblanco año tras año. Mucho tuvo que ver la cascada de errores en el pase de la primera mitad. Y no pocos en zonas de riesgo.

Guido Rodríguez | Volvió con su sentido táctico y su liderazgo intactos

La mejor noticia del Betis en la triste tarde en el Metropolitano fue el regreso de Guido Rodríguez, quien lejos de acusar su prolongado periodo de baja, se acopló al engranaje como si nada, con toda la naturalidad de su fútbol tan de verdad. Se tiene la lección de su puesto tan bien aprendida, que los dos meses y medio de ausencia fueron una anécdota para él. Su sentido táctico y su empuje ayudó a que el Atlético perdiera metros. Y a punto estuvo de empatar. Oblak evitó una reaparición redonda.

William Carvalho | Jamás va a entender el fútbol de medias tintas

No hay término medio para William Carvalho, un jugador de una enorme personalidad, de un trazo tan definido como desesperante. El bético no concibe que alguien de su calidad depare con demasiada asiduidad esos partidos de no dar una a derechas, como si no fuera con él la cosa. Esta vez apareció el William que, adelantado, impuso su criterio para pasar a un lado y otro, amoldar bien las jugadas. Si encima suelta esa parábola mágica del gol, más razón para no explicarse sus espantás.

Bellerín | Le va a resultar difícil olvidar su partido

Su inexplicable pase al contrario en el minuto 4 ya le torció un camino que terminó de desviar poco después, al reincidir en un error casi idéntico que terminó, esta vez sí, en un gol en contra. El lateral no se repuso de su desesperante puesta en escena, como se vio en su pasividad ante Depay en el doble remate que repelió Rui Silva.

Chimy Ávila | O es un torbellino, o una sombra pasiva

El Chimy ya se está descubriendo para lo bueno y para lo malo de verdiblanco. Pocos partidos han bastado para destapar su envés hiperactivo, cuando es un puro torbellino que lo agita todo a su alrededor, y su revés pasivo, el que señala a atacante que no es capaz de encamarse a los partidos y toca pocos balones.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios