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Belle Gibson: La 'influencer' australiana que fingió tener cáncer en las redes

Belle Gibson: La 'influencer' australiana que fingió tener cáncer en las redes

Belle Gibson: La 'influencer' australiana que fingió tener cáncer en las redes / THE GUARDIAN

Hace tan solo unos años, Belle Gibson era una reconocida influencer australiana  que llegó a convertirse en una gurú mundial de las terapias alternativas y el mundo en conexión con el cuidado y el bienestar personal. Con un libro y una aplicación propia, su fama se debía en gran parte a la impactante historia sobre cómo había logrado curar un cáncer múltiple (de bazo, útero, hígado, cerebral y sanguíneo) con métodos naturales y algunos cambios en la alimentación.

Su popularidad fue impulsada por medios de comunicación y espacios en Internet que vieron en la historia de Belle un ejemplo de superación para todos los jóvenes que padecen cáncer a una edad temprana. En 2014, publicó su primer libro, también titulado The Whole Pantry, con la editorial Penguin. Su popularidad empezó a crecer exponencialmente, sobre todo entre enfermos de cáncer, familiares y defensores de terapias alternativas. Pronto alcanzó la cifra de 200.000 seguidores en Instagram, a quienes animaba con frases inspiracionales, y que llegaron a convertirse en una legión de fans. También se conviritó en empresaria con el lanzamiento de una aplicación con el mismo nombre que fue un éxito de descargas en todo el mundo. 

Unos meses más tarde, comunicó a sus seguidores que se le había vuelto a diagnosticar cáncer. El anuncio multiplicó de nuevo su popularidad y llegó a situarla en primera plana de medios de comunicación, además de casi multiplicar sus ganancias. Pero su declive comenzó también desde aquel momento. 

La caída de su imperio

Su fama y su popularidad tuvieron como consecuencia directa la atención y el interés de muchos medios de comunicación que comenzaron a espiar sus pasos dentro y fuera de las redes. En marzo de 2015, el periódico Australiano Age publicó que el dinero prometido a las diferentes ONGs no había llegado. Pero el verdadero escándalo llegó un año después, en abril de 2016.

En una entrevista para  Australian Women's Weekly, Gibson confesó que lo había inventado todo, nunca había tenido cáncer.  "No quiero que me perdonen. Tan solo creo que confesarlo es lo más responsable. Ante todo, me gustaría que le gente dijera, 'vale, es humana", manifestó en la aparición pública.

La historia no termina aquí. En las investigaciones, no solo se descubrió que no había padecido la enfermedad sino que usó el nombre de organizaciones de recaudación de fondos para captar dinero, con los que había prometido supuestamente ayudar a un menor con cáncer cerebral.

La denuncia fue interpuesta por el defensor del consumidor del estado de Victoria. Durante el tiempo que ha durado el proceso judicial, Gibson no ha querido defenderse de las acusaciones ni responder a las pruebas contra ella en el juzgado o presentar las suyas propias.

En septiembre de 2017, recibió una multa de más de US$300.000 por parte del gobierno australiano por engañar a los lectores sobre la donación a organizaciones benéficas, después de que fuera declarada culpable de cinco infracciones de la ley del consumidor. 

Entre ellas hay una multa de 150.000 dólares por no cumplir con la donación prometida de aportar el 100% de las ganancias de una semana de ventas de su aplicación a la familia de Joshua Schwarz, un chico con un tumor cerebral inoperable. También hay una fuerte acusación por parte de Kylie Willey, una madre australiana que rechazó un tratamiento de quimioterapia para el linfoma que padecía, basándose en los consejos de la app y el libro The Whole Pantry.

La condena sobre las falsedades contra la familia de Joshua Schwarz es la más dura, pero no la única. A ella se le suman estafas por faltar a la donación en un evento del Día de la Madre, y a otras fundaciones y empresas dedicadas a la investigación contra el cáncer. En total, la suma asciende a 410.000 dólares.

Según reportó el portal británico The Guardian, de los más de 400.000 dólares que recibió por la venta de libros y en la aplicación Whole Pantry, la influenciadora no entregó más que 10.000  en donaciones, ni una décima parte de lo prometido en su publicidad. Por el contrario, según informó una corte federal de Melbourne, la joven invirtió en viajes, ropa de lujo, transacciones en portales de apuestas deportivas y hasta en criptomonedas.

Todavía queda investigar si sus consejos sobre terapias medicinales alternativas, en sustitución a los tratamientos médicos contra el cáncer, ha tenido un impacto sobre la salud de las personas que confiaron en ella. De ser así, podría considerarse crimen e implicar penas de cárcel.

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