La psicóloga del amor, Silvia Llop, sobre el duelo emocional disfrazado de amor: "El duelo no se evapora"
Relaciones de pareja
Tras una ruptura, es fácil engancharse a la primera persona que aparece y que, en ese momento, "cuadra" con lo que creemos necesitar
Elizabeth Clapés, psicóloga: "Para tener relaciones sanas no hay que decir todo lo que te molesta"

Sanar una ruptura amorosa lleva su tiempo también para la persona que ha decidido terminar. A veces vemos que esa persona ha tardado poco tiempo en rehacer su vida, buscando consuelo, cambios o vías de escape en una nueva relación. Sin embargo, a veces no somos conscientes de las consecuencias que puede tener dar ese paso relativamente pronto. Damos con una persona que parece que nos da lo que hace tiempo andábamos buscando y nos lanzamos de lleno a una conexión intensa, rápida, aparentemente emocionante, pero profundamente impulsada por la necesidad de llenar un vacío. Este fenómeno emocional es más habitual de lo que parece y merece una reflexión honesta que nos ofrece la psicóloga del amor, Silvia Llop (@silviallopb) en una conversación con Patricia Espejo en el podcast Bendita Terapia.
En este episodio del podcast, la psicóloga explica que tras una ruptura, es fácil engancharse a la primera persona que aparece y que, en ese momento, "cuadra" con lo que creemos necesitar. Lo que sigue suele ser un atracón de química, de emociones fuertes, de adrenalina disfrazada de enamoramiento. Queremos sentirnos vivos otra vez, deseados, especiales. Y eso puede parecer amor… hasta que pasa el efecto inicial.
Cuando la intensidad baja, cuando el cerebro deja de segregar dopamina al mismo ritmo, llega el silencio. Y en ese silencio, aparece el duelo que no habíamos querido enfrentar y argumenta que "el duelo no se evapora. Del duelo no se puede escapar".
El duelo no desaparece por arte de magia
El duelo no desaparece por arte de magia por empezar algo nuevo. Si no lo hemos procesado, sigue ahí, latente, esperando. Por eso, podemos pasar de sentir que estamos en una historia maravillosa, soltando frases del tipo, "Me encanta, hacía mucho tiempo que no sentía esto por nadie" a sentirnos agobiados, confundidos o, incluso, rechazando el vínculo que se transforma, en cuestión de semanas, en "no quiero una relación", "me estoy agobiando".
Esto, naturalmente, desconcierta a la otra persona, quien ve la contradicción entre lo que decías al principio y tu comportamiento posterior el cual no comprende. Lo que sucede, según explica Silvia Llop es que esto (aunque lo parezca) no es un cambio de opinión caprichoso, sino la emergencia de un duelo no resuelto. Cuando el duelo reaparece, también lo hace la memoria selectiva de la relación anterior, es decir, que empezamos a comparar a la nueva pareja con nuestra ex pareja, pero no con su versión real, sino con una idealización. "Empiezas a comparar a esta nueva persona con las mejores cosas de tu ex". ¿Qué ocurre? "Que no va a ganar, es imposible ganarle a una idealización y ganarle a una historia que quizás ha sido de años". Esto pone a la nueva persona en una posición injusta desde el inicio.
Sanar antes de volver a empezar
Iniciar una relación sin haber cerrado la anterior emocionalmente es como construir una casa sobre escombros. Puede sostenerse un tiempo, pero tarde o temprano se tambalea. La recomendación no es evitar nuevas relaciones, sino ser conscientes del lugar desde donde las iniciamos. ¿Lo hacemos porque hay una conexión real con la nueva persona o para anestesiar el dolor? ¿Estamos eligiendo o solo huyendo del vacío?
Sanar lleva tiempo, y el duelo, aunque incómodo, es un proceso necesario. Darle espacio, acompañarlo y entenderlo puede evitar daños emocionales innecesarios tanto para nosotros como para quienes se cruzan en nuestro camino. El duelo es un proceso natural, aunque doloroso, por lo que ignorarlo o tratar de saltarlo solo retrasa lo inevitable. Aquí te compartimos algunas prácticas que pueden ayudarte a transitar este momento con mayor conciencia y compasión:
1. Permítete sentir
El dolor emocional no es debilidad, es humanidad. No reprimas el llanto, la tristeza o incluso la rabia. Esas emociones son parte del proceso. Negarlas solo alarga el sufrimiento.
2. Escribe lo que sientes
Llevar un diario emocional o practicar journaling ayuda a ordenar pensamientos, reconocer patrones y liberar emociones atrapadas. Puedes empezar con preguntas como:
- ¿Qué echo de menos realmente?
- ¿Qué aprendí de esa relación?
- ¿Qué necesito ahora?
3. Busca acompañamiento terapéutico
Un proceso terapéutico puede darte perspectiva y herramientas. No es necesario tocar fondo para pedir ayuda profesional; hacerlo a tiempo puede evitar recaídas emocionales.
4. Evita decisiones impulsivas
Durante el duelo, nuestra percepción está alterada. Tomar decisiones importantes, como empezar una nueva relación o volver con tu ex, en este estado puede traer más confusión. Date tiempo.
5. Cuida tu cuerpo
El bienestar físico influye directamente en el emocional. Dormir bien, alimentarte de forma equilibrada y moverte (aunque sea caminar) ayudan a tu cuerpo a procesar el estrés.
6. Rodéate de vínculos seguros
El apoyo de amistades o familiares que no juzgan y saben escuchar es clave. Hablar con alguien que ha pasado por algo similar puede ofrecer consuelo y validación.
7. Haz pausas antes de conectar con alguien nuevo
Pregúntate con honestidad: ¿Estoy conociendo a esta persona porque quiero o porque necesito no sentirme sola/o? Las respuestas pueden evitarte mucho sufrimiento innecesario.
También te puede interesar