La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
Investigación y Tecnología
El glioma difuso de línea media es un tipo de tumor cerebral devastador que afecta principalmente a niños y jóvenes, aunque también puede presentarse en adultos. Su nombre hace referencia a su ubicación en el cerebro o en la médula espinal, generalmente en regiones como el tálamo, el tronco encefálico o la médula espinal, áreas cruciales para el funcionamiento del cuerpo. Esta última es una de las partes del cuerpo que tiene afectada la sevillana, Belén Domínguez (@belendominguezb), quien lleva más de un año luchando contra esta enfermedad.
A través de su cuenta de Instagram, va contando su día a día en el hospital, quién la acompaña o se desahoga cuando pasa días malos a pesar de los cuales asegura que no se rinde. "Un día me desperté sin poder mover de nuevo las piernas, pero yo no me rindo", dice en uno de sus posts. Ha recibido diversos reconocimientos y hasta ha escrito un libro, La vida es bonita incluso ahora.
Este tipo de tumor se caracteriza por su infiltración en el tejido nervioso, lo que significa que no tiene límites definidos y se entremezcla con las células sanas, por lo que dificulta mucho la tarea de extirparlo mediante cirugía, ya que no se puede separar del tejido sano sin causar daños severos. Lo que lo hace aún más complejo es su resistencia a los tratamientos convencionales, limitando, por tanto, las opciones terapéuticas y hace que su pronóstico no sea un camino de rosas. Además, la mutación genética más común asociada con estos tumores es la alteración en el gen H3K27M, que contribuye a su agresividad y resistencia a los tratamientos actuales.
Se trata de un tumor de crecimiento rápido, con una agresividad que lo convierte en uno de los desafíos más grandes dentro de la oncología pediátrica. Los síntomas del glioma difuso de línea media varían dependiendo de su ubicación en el sistema nervioso central. Cuando el tumor se encuentra en el tronco encefálico, puede provocar visión doble, dificultades para tragar y una pérdida progresiva de la coordinación. También suele ser habitual que los pacientes experimenten debilidad en un lado del cuerpo o en ambos, así como problemas de equilibrio que pueden afectar a su capacidad para caminar o para realizar actividades cotidianas.
En muchos casos, la presencia del tumor altera el flujo normal del líquido cefalorraquídeo, lo que puede generar hidrocefalia, es decir, que se produce una acumulación anormal de este líquido en el cerebro. Esta condición provoca un aumento de la presión dentro del cráneo, lo que a su vez puede desencadenar síntomas como náuseas, vómitos y dolores de cabeza persistentes. La visión borrosa o doble, una sensación de letargo extremo y convulsiones también pueden ser señales de esta complicación.
"La resonancia magnética es la principal herramienta utilizada para detectar la enfermedad"
Cuando el glioma se desarrolla en la médula espinal, los efectos pueden incluir debilidad progresiva en las extremidades, entumecimiento y pérdida de sensibilidad. Con el tiempo, el tumor puede interferir con funciones vitales, causando dificultades para controlar la vejiga y el intestino, lo que añade una carga emocional y física tanto para el paciente como para sus seres queridos.
El diagnóstico de este tipo de tumor suele ser un proceso angustiante, ya que los síntomas pueden confundirse con otras afecciones neurológicas. La resonancia magnética es la principal herramienta utilizada para detectar la presencia del glioma difuso de línea media, pero la confirmación definitiva generalmente requiere una biopsia, aunque en algunos casos puede evitarse si las imágenes y los síntomas son característicos.
A pesar de los avances en la investigación, el tratamiento sigue siendo un gran reto. La cirugía no suele ser viable debido a la infiltración del tumor en áreas críticas del cerebro o la médula. La radioterapia es el tratamiento estándar, ya que puede reducir temporalmente los síntomas y ralentizar el crecimiento del tumor, pero no representa una cura. La quimioterapia, en muchos casos, tiene un efecto limitado, y aunque se están explorando terapias dirigidas y ensayos clínicos con nuevos fármacos, aún no se ha encontrado una solución definitiva.
El impacto emocional del glioma difuso de línea media es inmenso. Afecta no solo a quienes lo padecen, sino también a sus familias, quienes enfrentan el dolor de una enfermedad implacable y la incertidumbre del futuro. Sin embargo, la lucha contra este tumor continúa, con investigaciones en todo el mundo que buscan comprender mejor sus mecanismos y desarrollar nuevas terapias que ofrezcan esperanza a los afectados como Belén Domínguez.
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