Todas las vitaminas no son iguales y por tanto no todas se absorben igual ni se pueden tomar en el mismo momento del día. Existen varios tipos, pero las más destacadas son las liposolubles y las hidrosolubles. Es importante tener en cuenta el grupo en el que se encuentra cada una de ellas ya que según del tipo que sean, vas a poder saber cómo se absorben y, por tanto, puede orientar sobre las mejores prácticas a la hora de tomarlas.

Ante todo, lo más recomendable es que se consulte con un profesional de la salud ya que la única manera de saber cuál es tu carencia vitamínica es haciéndote las pruebas pertinentes a las que te han llevado una serie de síntomas sospechosos. 

Una vez tengas los resultados, podrá orientarte acerca del tipo de vitaminas que necesitas y, en función de ellas, podrás tomarla a una hora del día u otra, acompañada o alejada de las comidas, así como si la combinas o no con agua. 

Vitaminas liposolubles

Las vitaminas liposolubles incluyen las del grupo A, D, E y K y deben combinarse con algún tipo de grasa para que se absorba correctamente ya que son un grupo de vitaminas que se disuelven mejor en grasas y aceites, en lugar de en agua. A diferencia de las vitaminas hidrosolubles, que se eliminan a través de la orina, las vitaminas liposolubles tienen la capacidad de almacenarse en los tejidos grasos y en el hígado y tienen un papel muy importante en varias funciones fisiológicas, por lo que resultan esenciales en el buen mantenimiento de la salud.

Este tipo de vitaminas se puede tomar a cualquier hora del día y siempre acompañada de una comida principal que, generalmente, es la cena. De estar forma, se asegura la presencia en el bolo alimenticio de la cantidad de lípidos necesarios para su disolución. Por el contrario, se desperdiciarán y no aportará ningún beneficio.

Vitaminas hidrosolubles