La Archidiócesis de Sevilla se ha manifestado este domingo sobre "la polémica suscitada en torno al ficus situado en la finca de la parroquia sevillana de San Jacinto", cuyo apeo fue autorizado por el Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Gerencia Municipal de Urbanismo y Medio Ambiente, tras la petición del párroco dominico, fray Javier Rodríguez. 

La Iglesia de Sevilla muestra "respeto absoluto y apoyo hacia las decisiones adoptadas en todo momento por esa comunidad parroquial, entendiendo que "lejos de haberse tomado a la ligera, son fruto de un largo discernimiento, tratando de salvaguardar la integridad del árbol centenario pero, por encima de todo, la seguridad de las personas y el edificio".

Con este comunicado, la Archidiócesis se suma al respaldo expresado por las hermandades de penitencia y gloria del Distrito Triana - Los Remedios. Igualmente, hacen referencia al comunicado emitido por la comunidad parroquial de San Jacinto, en cuyas líneas se explica que "la problemática se remonta a varios años, en los que se han sucedido accidentes que han obligado a la parroquia a adoptar una serie de medidas que han desembocado en la decisión de proceder a su tala".

"Esta disposición, a pesar de no ser la deseada por nadie, ya fue ratificada por la Junta de Distrito del barrio de Triana a la vista de los acontecimientos", exponen desde Palacio. La tala del árbol centenario ha sido paralizada cautelarmente por una orden judicial. En este sentido, "la Archidiócesis respeta, como no podía ser de otra forma, las decisiones judiciales adoptadas en relación con este caso, al tiempo que reitera su respaldo y comprensión a la comunidad parroquial por las actuaciones llevadas a cabo en todo este proceso".

Este comunicado hace contraste con el artículo publicado en la propia web de la Archidiócesis de Sevilla, en la sección 'Iglesia y Ecología' que firma Manuel Enrique Figueroa, catedrático de la Universidad de Sevilla en el departamento de Biología Vegetal y Ecología. En el mismo se abala la conservación del ficus, considerando "esencial que se llegue a un acuerdo satisfactorio entre la parroquia y el Ayuntamiento que conduzca a su permanencia y correcto mantenimiento, por el bien del barrio y de todas las personas que acuden a la parroquia, ya que su tala sería un hecho ecológico y socialmente grave que Sevilla no debe propiciar".