La Hermandad del Museo ha informado a través de sus canales oficiales que su sede canónica, la Capilla del Museo, quedará cerrada al culto con motivo de las obras de restauración del altar mayor de dicho templo. El cierre de este céntrico templo se producirá a partir del 9 de mayo, momento en el que comenzará la primera fase de restauración de esta obra. 

Interior de la Capilla

Del mismo modo, la corporación ha anunciado que cuando se alcance la segunda fase -en tiempo aún por determinar- la Capilla reabrirá solo para la celebración de las misas diarias, a las ocho y media de la tarde. Estos trabajos de restauración serán financiados con las subvenciones de la Consejería de Cultura de la Junta, al igual que ha ocurrido con otras piezas de otras cofradías. La corporación del Museo informará, a su debido momento, los plazos a seguir antes de la reapertura total del templo. Los titulares, por su parte, permanecerán en el interior de la Capilla. 

El retablo mayor

La Hermandad fue fundada en el año 1575 en la Iglesia Parroquial de San Andrés. Cuentan que un grupo de fieles devotos, pertenecientes algunos al gremio de plateros y de otros oficios, quedaron impresionandos al escuchar cómo el sacerdote describía los sufrimientos padecidos por Nuestro Señor Jesucristo durante la Expiración y decidieron crear una Hermandad cuyo titular fuera un Cristo que representara ese trágico momento. De hecho, desde sus orígenes, ha sido conocido como la Hermandad de la Expiración. Al año siguiente de su fundación la hermandad se traslada al convento de la Merced Calzada (actual Museo de Bellas Artes) y posteriormente adquiere unos terrenos anexos al convento donde labran la actual capilla. 

Sale la Virgen de las Aguas una noche de Lunes Santo

En la cabecera de la iglesia encontramos el retablo mayor, de estilo neoclásico, dividido en tres calles. En la central reciben culto diario las imágenes del Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas, mientras que en las calles laterales encontramos los cuatro Evangelistas, que tallara Francisco Antonio Ruiz Gijón entre 1682 y 1689. Todos ellos llevan además de sus respectivos atributos, una pluma y un libro, a excepción de San Lucas, que lleva un pergamino.