El Palquillo

¿Por qué se celebra la fiesta de Santa María de Nuestra Señora de la O cada primer domingo de febrero?

Santa María de Nuestra Señora de la O

Santa María de Nuestra Señora de la O / Hermandad

A lo largo de la dilatadísima historia de nuestra Semana Santa, numerosos avatares y circunstancias puntuales han modulado la configuración identitaria de ciertos barrios y parroquias. Aún así, hay ciertos casos que, desde el momento de su propia génesis, se han mantenido inalterables e inamovibles. Un ejemplo paradigmático es el de la Hermandad de La O, que desde hace siglos reside en la trianerísima calle Castilla. A pesar de las modificaciones estéticas y visuales, la corporación ha permanecido enraizada en esta zona desde, al menos, 1566, cuando se aprueban sus primeras reglas. 

El caso es que esta corporación del Viernes Santo celebra este domingo la Función en honor a la imagen gloriosa de Santa María de Nuestra Señora de la O, título con el que se venera a la Virgen en esta zona de Triana desde el siglo XVI. Y aunque la liturgia celebra la Festividad de la Expectación del parto el 18 de diciembre, lo cierto es que este próximo domingo significa fiesta y gozo en esta hermandad. 

La devoción a Santa Brígida

Desde al menos finales del siglo XV (transcribimos, en parte, la información de la hermandad) existió, en el mismo solar que hoy ocupa la Parroquia de la O un lugar destinado al culto a Dios, entonces dedicado a Santa Brígida de Kildare, patrona y abogada de hortelanos y ganaderos, y celestial protectora de la fecundidad del campo. En efecto, buena parte de los habitantes de la zona norte de arrabal de Triana estaban dedicados al cultivo y cría de animales en la fértil vega del río. Con el tiempo, esta comunidad fundó un hospital dedicado a Santa Brígida, y también dieron origen a una hermandad que rendía culto a la Santa, cuya festividad celebra la Iglesia el primer día de febrero. 

Azulejo de Santa Brígida en la torre de la Parroquia de la O Azulejo de Santa Brígida en la torre de la Parroquia de la O

Azulejo de Santa Brígida en la torre de la Parroquia de la O / Hermandad

Ya en el siglo XVI, los cambios en la mentalidad religiosa propiciaron que se intensificara el culto a los Santos y especialmente la devoción a la Santísima Virgen María, lo que motivó un extraordinario aumento de hermandades y cofradías dedicadas a ello. En esta parte de Triana, aquellos campesinos, alfareros y otros artesanos comenzaron a venerar a la Santísima Virgen en el glorioso misterio de la Expectación del Parto, o de La O. Lo que en 1566 dio como resultado la fundación de una hermandad con este título.

El nuevo templo

Entre 1697 y 1702, los cofrades y cofradas de La O, ante el mal estado del primitivo templo obtuvieron las licencias necesarias para derribarlo y, en su lugar, edificar la bella iglesia barroca que es hoy nuestra sede canónica, y en la que, desde 1911 está erigida la segunda parroquia de Triana.

Probablemente, los hermanos de La O, que costearon e hicieron posible el nuevo templo con sus caudales y mano de obra, quisieron que la construcción se estrenase coincidiendo con la fiesta de la antigua titular Santa Brígida. Y así, tan pronto fue posible y se obtuvieron las licencias necesarias, entre el 24 y el 28 de febrero de aquel año 1702, se dedicaron cinco solemnes funciones a las que asistieron las más altas autoridades, precedidas del traslado del Santísimo Sacramento y las imágenes de los titulares de la Archicofradía a la nueva iglesia que fue dedicada a Nuestra Señora de Santa María de La O.

Azulejo de San Andrés en el que se refleja la fecha de bendición del templo Azulejo de San Andrés en el que se refleja la fecha de bendición del templo

Azulejo de San Andrés en el que se refleja la fecha de bendición del templo / Hermandad

Por eso, y como establece la liturgia de la Iglesia, en cada templo dedicado al culto cristiano puede celebrarse como solemnidad la fecha de la dedicación del mismo, dando así relevancia a la conmemoración del esfuerzo hecho por una comunidad cristiana que edifica un templo a mayor gloria de Dios y, como en este nuestro caso, a su bienaventurada Madre, la Santísima Virgen María.

Tras la reposición al culto de la imagen gloriosa a finales del siglo pasado, la Archicofradía decidió dedicar en su honor una función solemne, exponiéndola a la veneración de los fieles en devoto besamanos, celebrándose así dicha conmemoración y también el patronazgo sobre la parroquia que lleva su nombre y la demarcación geográfica de su collación. De este modo, se escogió para tal ocasión el domingo más próximo a la fecha de la dedicación del templo y a la fiesta de Santa Brígida de Kildare, estableciéndose que fuera siempre el primer domingo del mes de Febrero. 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios