Aires de Japón en Plaza de Armas
calle rioja
Servicios. El hotel NH tenía el primer día de julio una cena para celebrar tesis doctoral, un aniversario de boda (40 años), reunión de empresa y aniversario del día de Japón en la Expo
Aunque está junto a la antigua estación de ferrocarril de Córdoba, este hotel está más en sintonía con los nuevos trenes que empezaron a llegar a la estación de Santa Justa. Conserva en su nomenclatura el nombre oficial de la antigua estación, el aroma ferroviario de Plaza de Armas en una zona de la ciudad que estaba llena de pensiones, rebosante de vida, a la que llegaban desde los trenes de antaño Alfonso XIII o Belmonte, Evita Perón o Ava Gardner.
El NH Plaza de Armas es tan hijo de la Exposición Universal de 1992 que lo lleva a gala incluso en el nombre de sus rincones para el ocio o el negocio: Salón Expo, Salón Cartuja, Salón Barqueta. Sólo el Salón Chapina evoca una ciudad anterior al certamen.
El hotel, como el espacio que lo rodea, fue diseñado por los arquitectos Antonio González Cordón y Víctor Pérez Escolano. El primero, con estudio en la calle San Vicente, ganó el proyecto de remodelación del estadio del Betis. El segundo formó parte de la lista del Partido Comunista en las municipales de 1979, esa Corporación que contaba con cuatro arquitectos, uno por partido.
El autobús que esperaba llegaba con retraso. Aproveché para sentarme dentro del hotel y beneficiarme de la temperatura ambiente, amén de un café con galletita de propina. La curiosidad siempre me pierde. En uno de los pasillos descubrí un panel que reflejaba la intensa vida social y profesional que lleva a cabo un hotel, que es mucho más que un contenedor de turistas.
Con horas de diferencia, el NH Plaza de Armas acogía la cena por la celebración de una tesis doctoral, un encuentro empresarial, el aniversario de una boda y un cóctel conmemorativo del día de Japón en la Expo. Hormian es una empresa con sede social en la calle Arjona que desde hace 21 años, estamos en la Sevilla post-Expo, se dedica al transporte de mercancías por carretera.
El 1 de julio de 1977 los trenes llegaban a Sevilla por las estaciones de Córdoba y de Cádiz, vulgo Plaza de Armas y San Bernardo. Quince días antes se habían celebrado las primeras elecciones de la democracia. Cuatro décadas que desde entonces acompañan el romance de Fede y Pelanchi. Con esos nombres, acompañados de una foto del enlace, aparecen los novios que en la terraza de la quinta planta del NH celebraron el 1 de julio los cuarenta años de su unión matrimonial. Faltaban quince años para la Expo.
Marina Tornero Tarragó celebró un día antes y en la misma terraza su tesis doctoral. Esta joven doctora pertenece al departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Sevilla y en su bagaje científico aparecen ponencias tan sugerentes como la construcción de la identidad del latino inmigrante a través de la música popular o la publicidad como herramienta didáctica para la enseñanza de la Lengua Española. Desde los tiempos del ¿Qué tal con Okal? a los sofisticados soportes de la publicidad multimedia.
Visto y no visto. Así fue el pabellón de Japón para la Expo 92. Tadao Ando, el arquitecto que lo diseñó, acababa de cumplir 50 años. Su vida da para una película de Kurosawa. Tiene un hermano gemelo, aunque fueron criados por separado. Las escaleras de su pabellón tan sutil y etéreo fueron una de las principales atracciones visuales de la Expo. Siendo veinteañero, viajó por Europa, África y Estados Unidos y se impregnó del diseño de Le Corbusier, Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright, enseñanzas con las que volvió a Japón en 1968, cuatro años después de los Juegos Olímpicos de Tokio, que vuelve a organizarlos en 2020.
La didáctica de la Lengua, el transporte de mercancías por carretera, el amor eterno -cuatro décadas, estadísticamente, lo son, tan eternas como los diamantes de James Bond- y el sueño efímero del pabellón de Japón, país que ahora celebra los cuatro siglos de la partida de los samuráis desde Coria del Río de regreso a Japón.
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