Bética, Subbética, Penibética

calle rioja

Tendencia. Bética es una provincia romana, una revista andalucista, una orquesta que fundó Manuel de Falla y un sentimiento

El libro de Joaquín Sánchez va por la cuarta edición. / Antonio Pizarro
Francisco Correal

27 de abril 2022 - 08:18

Betis es tendencia y decir eso no es tendencioso. Una marea humana encarnada como un todo y que ha cristalizado en un Consistorio presidido por un alcalde sevillista entregado a la causa verdiblanca. Con el arzobispo no hay problemas, porque es del Conquense y de Los Angeles Lakers. Betis era el nombre romano del Guadalquivir que también denomina a la calle más fluvial de la ciudad, ahijada de Santiago y de Santa Ana en la Velá de Triana. Calle inmortalizada en una canción de Isabel Fayos y en la que nacieron o murieron varios toreros y donde vino al mundo Ana Ruiz, la madre de los Machado.

El Betis ganó la anterior Copa del Rey en 2005, año del centenario del Sevilla, que le devolvió la cortesía ganando la de 2007 en el centenario del equipo de Heliópolis. Ya existía el equipo cuando en 1913 se funda la revista Bética, que duró hasta el año de la Revolución Rusa (1917), publicación que acogió al regeneracionismo andaluz, a los pioneros del andalucismo, incluido el mismo Blas Infante. En 1924, Manuel de Falla funda la Orquesta Bética Filarmónica en la ciudad natal de Joaquín Turina. Orquesta que dirigió el coruñés Luis Izquierdo, que le puso Wolfgang a uno de sus hijos.

Betis era el nombre romano del Guadalquivir y el de la calle más fluvial de la ciudadEn las tres Copas del 77, 2005 y 2022 el Betis ha tenido futbolistas de la Montaña

La Bética era una de las tres provincias en las que el Imperio Romano dividió la Península, junto a la Tarraconense y la Lusitania, la madre patria de Viriato, con calle en Sevilla muy cerca de la casa natal de Paco Gandía. Tres provincias por los tres mares que la rodean. El Betis desemboca en Sanlúcar de Barrameda, de donde partió la expedición que ganó el Mundial de la circunnavegación. Bética era una empresa de autocares.

Javier de Burgos creó la España de las provincias y los niños de mi generación crecimos con la España de las comarcas: la Lora y la Bureba, el Bierzo y la Maragatería, Las Alpujarras y la Axarquía, el Duranguesado y las Encartaciones. Un Estado de las comarcas sería más invencible que este de las autonomías. La Subbética no es una comarca de segunda división. Agrupa ciudades de Córdoba que podían ser capitales de provincia: Priego, Cabra, Lucena, Puente Genil, Pozoblanco, Rute, donde Alberti pasaba largas estancias, refugio de los burros cuidados en la reserva de Pascual Rovira.

La cordillera Penibética es la más meridional de los sistemas montañosos de la Península. Un mar de piedra tan esdrújulo como los océanos: Índico, Pacífico, Atlántico. Se extiende desde la provincia de Cádiz hasta la de Alicante, los dominios de Hércules. Con sierras espectaculares como la de Grazalema, Guadix-Baza o la de las Nieves. No hay pena bética estos días, sí mucha peña bética actualizando pósteres y vitrinas.

Si uno dobla el mapa de España, la Penibética se ensamblaría con la cordillera Cantábrica. En las tres Copas del Rey que ha ganado el Betis que se proclamó campeón de Liga en la República (1935, el año que nacen Luis del Sol y las béticas María Galiana y Enriqueta Vila) se da un denominador común: en los tres casos hay jugadores procedentes de la Montaña, artillería del almirante Bonifaz para romper el puente de barcas del autobús de Maguregui delante de la portería. En 1977 la Copa la levantó Juan Manuel Cobo, montañés de Cabezón de la Sal, yerno de Busto, portero del Sevilla, y los dos goles a Iríbar los anotó Javier López, de Laredo. En 2005 el Betis pasó a la final que ganó al Osasuna gracias al acierto de Luis Fernández en la tanda de penaltis frente al Athletic de Bilbao. La tradición la mantiene en 2022 el santanderino Sergio Canales, autor del gol que desequilibró el tormentoso derbi copero.

El Betis es hasta un género literario. En las librerías va por la cuarta edición el libro de Joaquín Sánchez Vivir con Arte, que en la Casa del Libro está expuesto junto al titulado Kabul. Huir para vivir, que firman Fermín Cabanillas y Reyes Calvillo. La polisemia de la palabra Vivir, que al verbo Morir le ocurre lo mismo como demostró en sus versos Santa Teresa de Jesús. Ambos libros están junto a El sueño del gramático, la vida novelada de Elio Antonio de Nebrija escrita por Eva Díaz Pérez, buena estudiosa de la revista Bética. El Antoniano, equipo de Lebrija, la ciudad natal de autor de la Gramática, esdrújula como un océano o una cordillera, goleó el domingo a Los Barrios y ha salido de los puestos de descenso.

En la última novela de Julio Muñoz Gijón, El increíble robo del Informe Rinconcillo, aparece en el Archivo de Indias el contrato de Joaquín con el Albacete. También la renuncia por su miedo a volar de Bergkamp para fichar por el Betis, que optó por el checo Kukleta. Que era la viva estampa del Curro que diseñó como mascota de la Expo 92 Heinz Edelmann. Ese año el Betis estaba en Segunda calentando motores.

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