El Cabildo revisa el estado de las cuatro azucenas de la Giralda

Los andamios instalados en el mismo campanario permiten el examen directo de unas piezas de cuya conservación se puede extraer información sobre la situación de toda la torre

Los andamios instalados actualmente sobre el campanario de la Giralda permiten la inspección de las azucenas.
Carlos Navarro Antolín / Sevilla

07 de agosto 2008 - 05:03

El Cabildo también aprovecha el verano para las obras. El equipo técnico de la Catedral de Sevilla, que dirige el arquitecto y maestro mayor Alfonso Jiménez, revisa estos días el estado de conservación de una de las cuatro azucenas que rematan el campanario de la Giralda. Se trata de la puesta en marcha de un plan para realizar una inspección al detalle de la evolución de estas grandes piezas de bronce instaladas en 1982. La importancia del estudio es clave, pues de la revisión que se practicó en los años setenta se concluyó la necesidad de restaurar la torre completa, una labor que se llevó a cabo en 1979. La información que ofrecen estas azucenas es fundamental para el hallazgo de posibles nuevas patologías en el alminar. Tan es así que Jiménez no se conforma con una inspección ocular por medio de prismáticos, sino que ha ordenado la instalación de andamios, apreciables desde la superficie, para examinar las azucenas de forma directa. Las cuatro piezas están realizadas en bronce por el taller de Fernando Marmolejo. Sustituyeron a unas anteriores que estaban trabajadas en hierro, un metal que las hacía mucho más vulnerables a los agentes meteorológicos. Esta inspección no sólo sirve para sacar conclusiones generales sobre el estado del alminar, sino también para practicar posibles reparaciones menores como la restitución de elementos metálicos que hubieran podido desprenderse con el paso del tiempo.

El Cabildo pretende estudiar a fondo el estado de cada una de las azucenas y completar el trabajo en cuatro años, asignando un año a cada una de ellas para que el presupuesto de conservación del templo metropolitano pueda afrontar el proyecto sin apreturas. La inspección de cada azucena supone un mes y medio de trabajo para los técnicos. Esta tarea se lleva a cabo sin olvidar la revisión anual del campanario completo de la Giralda, que ya fue restaurado en su mayor parte a finales de los años noventa, cuando se contó con la participación fundamental de una empresa alemana.

La inspección de estas azucenas forma parte del vasto programa de conservación del templo metropolitano, que incluye los espacios aéreos (azucenas, pináculos, azoteas, etcétera), la Catedral propiamente dicha (pilares, capillas, naves, etcétera) y las zonas subterráneas (sótanos del Patio de los Naranjos, criptas, etcétera). Este programa de conservación no se detiene en ningún momento, dadas las grandes dimensiones del templo, y además se compagina con la intensa actividad litúrgica del templo, marcada en la actualidad por la celebración en el altar del Jubileo de la novena en honor de la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla y su Archidiócesis.

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