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Sevilla

Condena al padre de un rumano que se hacía pasar por sordo

  • Una juez impone la primera sentencia de seis meses de cárcel para un progenitor por haber utilizado a menores de edad para ejercer la mendicidad en las calles

Un juzgado de Sevilla ha dictado la primera condena que impone una pena de prisión, aunque luego se ha sustituido por una multa de 720 euros, al padre de un menor de nacionalidad rumana que se hacía pasar por sordo para solicitar limosnas en varios puntos de la ciudad.

Los hechos por los que ha sido condenado el rumano I. C., de 32 años, se remontan a las 15:15 del 12 de julio de 2008, cuando varios agentes de la Policía Local de Sevilla sorprendieron a dos menores, ambos de 13 años, cuando caminaban por la avenida del Cristo de la Expiración, "provistos de unas carpetas y haciéndose pasar por sordomudos" -en el caso de uno de ellos- para pedir limosnas a los transeúntes.

Los dos niños eran la sobrina y el propio hijo del acusado, quien antes de que se celebrara el juicio mostró su conformidad con la petición de pena que en el acto de la vista realizó la Fiscalía de Sevilla. Inicialmente, el Ministerio Público había reclamado una condena de ocho meses de cárcel para el padre rumano, al que imputaba un delito de utilización de menores para la mendicidad.

Sin embargo, antes del juicio rebajó su petición hasta los seis meses, una pena con la que el acusado mostró su conformidad, reconociendo los hechos y evitando de esta forma la celebración del juicio. La defensa del padre pidió a la juez de lo Penal número 7 de Sevilla la sustitución de la pena de prisión por una multa de 720 euros, cambio al que no se opuso la Fiscalía y al que la magistrada accedió finalmente.

La sentencia del juzgado de lo Penal número 7 condena al rumano I. C. por un delito de utilización de menores para la mendicidad. Se trata de la primera resolución en Sevilla que castiga desde el punto de vista penal la práctica de los rumanos que se hacían pasar por sordomudos y que en los últimos años ha venido denunciando con insistencia la Policía Local de Sevilla.

De hecho, el grupo Giralda de la Policía Local, la unidad especializada en la vigilancia del centro, planteó hace unos meses a la Fiscalía de Menores la posibilidad de que imputara a los padres de los adolescentes este delito.

La Policía Local lleva los últimos tres años denunciando esta estafa y sólo en 2008 presentaron más de cien denuncias contra menores por engañar a los ciudadanos haciéndose pasar por sordomudos que recaudaban fondos para una asociación benéfica.

El planteamiento de denunciar a los padres por un delito de utilización de menores buscaba atajar estas prácticas con el reproche penal. El artículo 232.1 del Código Penal castiga con penas de seis meses a un año de prisión a quienes "utilizaren o prestaren a menores de edad o incapaces para la práctica de la mendicidad, incluso si ésta es encubierta".

La presión de la Policía Local y ahora esta condena han contribuido a reducir este tipo de actividades, dado que en los casos de reincidencia los padres de los menores podrían acabar en la cárcel.

Los menores suelen actuar en lugares de interés turístico, van en grupo y portan carpetas con símbolos de las distintas asociaciones de sordos. La mendicidad están castigadas con multas de hasta 150 euros por la ordenanza antivandálica, pero en casos como el juzgado se ha logrado imputar un delito al padre.

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