Condenada una adivina a pagar 258.000 euros por unas joyas que dejó a deber

Aída Romero, alias la Princesa de Tracia, tendrá que abonar las sortijas y los intereses a un anticuario al que no pagó

Fernando Pérez Ávila

31 de marzo 2012 - 05:03

Un juzgado de Sevilla ha condenado a una vidente de la televisión a pagar 258.000 euros más los intereses legales y las costas a un anticuario al que compró unas joyas y dejó a deber parte del importe de las mismas. La sentencia del juzgado de Primera Instancia 21 relata que la adivina Aída Romero, alias Su Alteza Real la Princesa de Tracia, acudió varias veces a la tienda de antigüedades de Segundo Pérez, en Sierpes esquina plaza de San Francisco, donde adquirió joyas por un precio pactado en total de 467.020 euros.

"La demandada compraba las joyas que le eran entregadas en el momento y, a su vez, iba haciendo entregas a cuenta del precio total de lo comprado, a la vez que efectuaba nuevas compras", explica la sentencia. Las entregas ascendían a 202.200 euros a fecha 10 de marzo de 2006, a los que luego sumó otros 6.300 euros. El anticuario le exigió el importe de la deuda, en un juicio celebrado hace unas semanas y en el que la vidente no compareció.

La futuróloga se opuso a la demanda alegando que parte de las joyas adquiridas tenían un valor muy inferior al del precio de compra. Sostuvo que un lote de las gemas no tenían el valor de 299.020 euros, sino que un experto las tasó en 40.300. Así, consideraba que existía un saldo a su favor de 36.000 euros. Antes, se había querellado contra el anticuario por estafa por venderle unas joyas cuyo valor real era de hasta diez veces inferior al del precio de venta al público. El anticuario ya fue absuelto en la vía penal y ahora la sentencia del juzgado de Primera Instancia también explica que "no puede considerarse que haya mediado engaño alguno respecto al valor de las joyas ni su calidad".

Además, el tribunal recuerda que la vidente siempre "estuvo en condiciones de poder solicitar una tasación por un experto". Tiene en cuenta también la juez la incomparecencia en el juicio de la adivina, por lo que se la tiene por confesa de los hechos en los que se basa la demanda. "Que el valor intrínseco de las joyas sea inferior al precio pactado para su compraventa es cuestión ajena a este proceso, pues fue expresamente aceptado por la demandada incluso después de la correspondiente negociación del mismo con el vendedor", expone la juez, que tiene en cuenta también el testimonio de una persona de confianza de la adivina en el momento en que se compraron las joyas, que certificó que incluso el anticuario le prestó una esmeralda para que la luciera en una fiesta y lo hizo sin coste alguno. La sentencia no es firme y las partes tienen 20 días de plazo para recurrirla.

"La que a sí misma se autodefine como diosa de fuego, última merovingia, especialista en geografía porque según ella ha descubierto la isla de Samborondon y nada menos que tres ciudades romanas, no ha podido predecir que la justicia humana iba a resolver en su contra condenándola a abonar los objetos que en su día adquirio", ironizó el letrado del anticuario, Agustín Martínez.

"Es curioso que alguien que predijo la caída de las Torres Gemelas, las inundaciones y los tornados más dañinos y que tiene el poder encontrar un trabajo a quien lo necesita y hacer adelgazar a quien lo desee, ahora se encuentre con el grave problema de tener que encontrar la fortuna y los recursos para abonar las cantidades que adeuda. Su incomparecencia a la vista no hace más que poner bien a las claras su desprecio por la Justicia", concluyó el abogado.

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