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la conservación de la arquitectura regionalista

Frenazo al derribo del chalé de Aníbal González

  • Urbanismo se basa en la "relevancia social" y el carácter "irreversible" de la medida y contempla ya la catalogación de la finca

Una joven pasa ante el chalé de Aníbal González.

Una joven pasa ante el chalé de Aníbal González. / Juan Carlos Vázquez

Frenazo a una polémica demolición ante la presión institucional y ciudadana. Urbanismo gana tiempo y paraliza -de momento- el proyecto de derribo del chalé diseñado por el arquitecto Aníbal González en el número 35 de la calle Cristo de la Sed. La constructora que adquirió el inmueble alegó la carencia de protección urbanística sobre la finca para seguir adelante con los planes de demolición del edificio. La Gerencia ha respondido pidiendo más documentación sobre el inmueble e instando a obtener el visto bueno de la Comisión Local de Patrimonio. El Servicio de Licencias e Inspección Urbanística admite en su respuesta a la promotora Building Sevilla & Company Construcciones, S. L. que sus planes son de una "relevancia social y patrimonial" que no aconsejan un informe favorable a su proyecto de "demolición total" de una edificio que es "claramente" un ejemplo de arquitectura regionalista y de los orígenes del barrio. La Gerencia también alude a la necesidad de atender el sentido de la propuesta de la moción del Pleno del Ayuntamiento aprobada a finales de julio por la que los grupos políticos instaban a la catalogación del edificio para su protección. Es más, los planes de Urbanismo tienen el objetivo de proteger todos aquellos edificios que constituyan la denominada arquitectura original del barrio de Nervión y su planeamiento urbanístico. Por este motivo, solicita documentación gráfica y fotográfica de todos los elementos del chalé que sean relevantes para su catalogación urbanística. Califica el proyecto de demolición de medida "irreversible", por lo que indica que se hace necesario el "previo pronunciamiento" de la Comisión Local del Patrimonio Histórico de Sevilla. Advierte que en caso de estimarse favorable la demolición solicitada, la finca ha de contar con cerramiento y un tratamiento que la conserve siempre limpia, desprovista de vegetación, restos de suciedad, para lo cual -llegado el caso- se solicitarían las debidas garantías.

El chalé en cuestión fue adquirido en marzo por la sociedad Building Sevilla & Construcciones por 1.365.000 euros. La intención de esta empresa siempre ha sido la demolición del edificio para la construcción de viviendas en un lugar privilegiado de Nervión, muy próximo a la Gran Plaza, punto que constituye la milla de oro del mercado inmobiliario de esta zona de la ciudad. El Ayuntamiento hasta ahora ha tratado de impedir el derribo con una moción aprobada por Pleno municipal tras las iniciativas ciudadanas y de entidades conservacionista que dieron la voz de alarma. Ahora ha sido cuando ha dado un segundo paso en la protección de la finca al aplicar una suerte de frenazo a la iniciativa e instar al pronunciamiento de la Comisión Local de Patrimonio Histórico. Se da la circunstancia de que este chalé sí estaba protegido en el PGOU de 1987, pero fue descatalogado en el nuevo PGOU aprobado en el año 2006 al considerarse por los redactores del documento que había sufrido alteraciones.

La empresa pidió autorización para el derribo total de la casa el pasado 3 de agosto

La empresa que adquirió el chalé y que presentó el proyecto de demolición obtuvo el visado del Colegio de Arquitectos el pasado 27 de julio, mientras que el 3 de agosto solicitó a la Gerencia de Urbanismo el permiso para proceder con el derribo. En su proyecto, la empresa recuerda que la finca no tiene ningún nivel de protección y detalla que el edificio presenta un "significativo deterioro". Se aprecian "grietas de cierta entidad motivadas por acciones mecánicas externas (asientos continuos de cimentación), que han motivado la ejecución en el pasado de algunas obras de estabilización".

El polémico proyecto contempla la demolición del chalé regionalista y también de un edificio anexo situado a la espalda del mismo, más moderno. "Se plantea la demolición de los dos edificios situados en la parcela de referencia, por no adecuarse a las necesidades programáticas y funcionales de la actual propietaria de la finca", apunta el proyecto de derribo. La parcela tiene una superficie de 799 metros cuadrados y una geometría irregular. Cuenta con un frente de fachada de 22 metros y una profundidad máxima de 44,80 metros.

La medianera este es casi perpendicular a la fachada, al contrario que la medianera oeste, formada por una quebrada que va estrechando la parcela hasta los 8,45 metros de fondo. En ella hay dos edificaciones aisladas, con una superficie construida total de 1.120,19 metros cuadrados, repartidas en ambos inmuebles. El chalé tiene tres plantas y una superficie construida de 408 metros cuadrados. El otro edificio cuenta con cuatro plantas y un sótano. Su superficie sobre rasante es de 488,99 metros cuadrados y bajo rasante de 223,20 metros cuadrados. Este segundo inmueble presenta un estado de conservación "mucho más adecuado a su antigüedad" y no padece "ningún problema reseñable".

La Gerencia gana tiempo al recurrir a la Comisión Local del Patrimonio Histórico

El proyecto describe someramente la construcción que se pretende demoler. "Se trata de una edificación de principios del siglo XX, de estilo regionalista, ejecutada con muros de carga y cerramientos de fábrica de ladrillo visto. Las particiones interiores están resueltas con fábrica de ladrillo guarnecido y enlucido de yeso acabado pintado. Las carpinterías tanto exteriores como interiores son de madera y la solería de piedra natural y gres (en núcleos húmedos". El informe añade que "su estado de conservación no es muy bueno y son evidentes las transformaciones que la edificación ha sufrido en el proceso de adecuación de sus espacios al uso que la anterior propiedad la tenía destinada". Hasta su compra por esta constructora, el chalé fue la sede de Albatros Promotora Empresarial, una compañía especializada en el equipamiento de vehículos industriales que entró en concurso de acreedores en 2014.

Tras años de inacción, el Ayuntamiento de Sevilla trata ahora de salvar a contrarreloj el chalé de Cristo de la Sed y otras villas regionalistas de Nervión que están en la misma situación. El viejo Nervión ha sido uno de los barrios de Sevilla que más ha sufrido la presión inmobiliaria en las últimas décadas y ha perdido importantes inmuebles de los mejores arquitectos regionalistas, como Juan Talavera, Aníbal González o Gómez Millán. El PSOE llevó al pasado Pleno del Ayuntamiento una moción para proteger estas casas. Esta moción, que llega tras años y años de reivindicaciones por parte de arquitectos y asociaciones conservacionistas, instará a proteger en primer lugar y de manera más urgente el chalé del número 35 de Cristo de la Sed. Entre los acuerdos propuestos está iniciar los estudios necesarios para proceder a la catalogación de la arquitectura originaria del barrio de Nervión mediante su inclusión en el Catálogo Periférico del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En la justificación de la moción se detalla la importancia del regionalismo como "vehículo expresivo de la generación de arquitectos que hizo posible la Exposición Iberoamericana de 1929", y cómo Nervión y el Porvenir son los máximos exponentes de esta arquitectura.

El caso del chalé colindante

El chalé colindante El chalé colindante

El chalé colindante

Urbanismo gestionó en 2009 la solicitud de demolición de la casa del número 37, que posee las mismas características arquitectónicas: construida durante el primer tercio del siglo XX y con el estilo de Aníbal González. La petición fue estudiada por la Comisión de Seguimiento del PGOU, ya que este chalé, como el 35, perdió la catalogación patrimonial con la redacción de la nueva normativa urbanística, una merma que ha propiciado que en la última década hayan desaparecido de este barrio la mitad de los edificios de estas características. Se llegó a barajar si se trató de un error del PGOU. Tras diversos trámites, la Gerencia concedió el permiso para unos derribos que sólo afectaron al interior y que eran con fines residenciales.

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