Rosamar Prieto-Castro

Desde Huelva hasta Almería

  • La que fue delegada de Fiestas Mayores en cuatro pregones de Semana Santa es una apasionada de Sevilla que se casó en Granada con un amor de Almería.

FUE dedil y después edil. "Lo de dedil lo inventé yo. Fui la primera delegada no electa de España". Pero esas cosas le pasaban a Rosamar Prieto-Castro (Granada, 1947) en el edificio que está justo enfrente. Partimos de Colette, la cafetería francesa del hotel Inglaterra, un canal de la Mancha que nos llevará a la Mancha de verdad, la bodega Morales con la foto de Catherine Deneuve entre vinos de Valdepeñas. Es Rosamar monárquica de sus Reyes amigas: Reyes de la Lastra, la pintora que está de visita cultural en Kuwait, y Reyes Morales, la farmaceútica que por genes se hizo bodeguera.

Llegó a Sevilla por amor. El flechazo fue en el Cabo de Gata. "Fuimos de veraneo a Garrucha, y allí veraneaba la familia de Jimmy, hijo de un notario de Murcia". Jimmy es José Antonio Sáinz Pardo. Se casan en Granada el 8 de febrero de 1970 y se vienen a Sevilla después de una luna de miel repartida entre Torremolinos y los tres destinos -Lyon, Múnich, Roma- de una beca de la Fundación March.

Pasear con Rosamar es comprobar el pedigrí municipal de quien en unos intersticios de la política doméstica sonó para efímera alcaldesa. Salen del Ayuntamiento el alcalde Zoido y su hombre de confianza, Javier Landa. "Éste hace los plenos todavía más largos que yo". Los presidió a partir de 2007, año que se pone en marcha el tranvía que va por la Avenida que recorre Rubén Sánchez, de Facua, el sevillano que más sale en los telediarios.

El año que nació Rosamar vino Evita a Sevilla y se casó en primeras nupcias la duquesa de Alba. La dama rosa se volvía roja. "Algunas veces íbamos a comer a Dueñas Antonia Iborra (la esposa de Chaves), Amparo Rubiales, Lola González (la hermana de felipe) y yo. De concejal, iba más al círculo suyo, el de Carmen Tello".

Un marido (43 años con él). Dos partidos. Cuatro pregones. En Sevilla vive de recién casada en la calle Relator; de allí se van a Montecarmelo, donde nace su hija Beatriz, y después "unos años magníficos" en Santa Clara, el barrio de los americanos. Allí nace su hijo Choles, ahora en Panamá en tareas de arquitecto, y tienen que hacer sitio para la vietnamita del PSA, partido del que la echan en 1980. "¿Quién me va a echar? Alejandro. Pero nos llevamos bien". En 1989, justo después de la huelga general, se afilia al PSOE.

Quería irse de Sevilla, pero no la dejaban. "Nos fuimos a Valero Chico, entre Castilleja y Camas, pero era la época de la Expo, los albañiles duraban tres días. Nos tuvimos que volver, primero al Paseo Colón, después a Monsalves". El fútbol es una buena metáfora de la política. Junto a la bodega Morales saluda a su amigo Ignacio Guzmán, que fue concejal socialista entre 1991 y 1995, años de oposición en los que dejó la nave Luis Yáñez. "En la oposición se visibiliza poco", dice Rosamar. Pasa como con los subcampeones. Lo que no le pasó a Antonio Biosca. El partícipe en la Copa del Rey que el Betis ganó en 1977 saluda en García de Vinuesa a esta bética que sólo fue una vez en su vida al campo de fútbol de Heliópolis "a un concierto de Elton John".

En este domingo de Pregón, ella fue delegada de Fiestas de los que dieron Antonio Burgos, "que puso de moda meter la política en los pregones", Enrique Henares, Antonio García Barbeito y Fernando Cano-Romero. Llegó a Sevilla en los últimos años de la Feria del Prado. "La mala follá de Granada la tengo concentrada en mi manera de bailar sevillanas. Soy un pato mareado", dice en La Flor de Toranzo.

La echaron del PSA, pero es andaluza total: nació en Granada, se enamoró en Almería, fue gobernadora civil en Huelva y es una apasionada de Sevilla. Y del superviviente que cada día le da una nueva lección. El 28 de mayo de 1998, cuando navegaban en un barquito de vela de alquiler por aguas turcas y sirias, a Jimmy le dio un derrame cerebral. "Estuvo cuatro horas sin oxígeno". Unos alemanes los llevaron "por un camino de cabras al hospital de un pueblo turco donde había una enfermera vasca que hizo de intérprete". En una avioneta-ambulancia viajaron hasta Sevilla. "Nos quejamos de todo, y Jimmy, con mil problemas, siempre encuentra un motivo para ser feliz".

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