Polígono Sur

Jaime Bretón cambió de cura

  • Por Chamizo, con quien estuvo en el Defensor del Pueblo, conoce la realidad del Polígono Sur por el párroco de las Letanías l Fija entre sus objetivos dar alicientes a los jóvenes

De izquierda a derecha, José Chamizo, Emilio Calderón y Jaime Bretón, en la parroquia de Las Letanías.

De izquierda a derecha, José Chamizo, Emilio Calderón y Jaime Bretón, en la parroquia de Las Letanías. / Juan Carlos Vázquez

Jaime Bretón (Jerez, 1966) ha cambiado de cura. El nuevo Comisionado para el Polígono Sur fue durante doce años adjunto al Defensor del Pueblo Andaluz cuando al frente de la institución estaba José Chamizo (Los Barrios, 1949). Ahora tiene su nuevo despacho frente a los asentamientos chabolistas de las Letanías, junto a la parroquia de San Pío X donde desde hace más de cuatro décadas lleva las riendas Emilio Calderón (Écija, 1942).

“Me lo dijo Chamizo: tienes que ir a ver a Emilio”. Los dos curas, exponentes de la Iglesia más joven, son viejos conocidos. Cuando Calderón terminaba Teología, después del Concilio, antes del mayo francés, empezaba Chamizo. Para no desentonar, Bretón, que fue el más joven de los concejales del Ayuntamiento de Sevilla, cosecha de 1987 –Alberto Jiménez-Becerril, Luis Pizarro, José Luis Villar– recuerda que uno de sus primeras tareas municipales fue hacerse cargo de la recepción de los restos del cardenal Bueno Monreal.El amigo común no resta un ápice de realismo en el párroco. “El Comisionado se creó en 2003 y ya le dije a Torrijos que si no se definía como una autoridad única, si no tenía poder político ni presupuestos, no valía la pena tener una estructura que la pagamos todos los sevillanos”.

Cuando el párroco describe el mapa del Polígono Sur con las tres barreras que lo encajonan –la vía del tren, el muro de Hytasa y el dogal del parque Guadaíra–, Bretón asiente pero matiza. “Yo más que barreras físicas veo barreras sociales. No hablo sólo de solidaridad, sino de falta de derechos cívicos”. Y pone ejemplos concretos de uno de los barrios más poblados de España con carencias inauditas. “Un vecino me dijo que se negaron a traerle un frigorífico y un amigo me contaba que las motos de alquiler no entran en el Polígono Sur”.

Chamizo es uno de los mejores estudiosos de la figura del emperador Nerón. Preguntado por quién pudo quemar el Polígono Sur para que no quedara como una rémora del progreso, lo tiene claro. “Desde el principio se configuró como un almacén de personas sin un horizonte vital”.

Emilio Calderón, que acaba de participar en Madrid en una reunión de capellanes penitenciarios, dice que en el Polígono Sur hay otras cárceles. “Hay personas mayores que no pueden salir de sus casas sin ascensor”. Si hubiera un Consejo de Ministros para el barrio, las dos carteras fundamentales serían la seguridad y la limpieza. “La seguridad es garantía de convivencia y de libertad y la limpieza es dignidad”. Al primer Comisionado, Jesús Maeztu, hoy Defensor del Pueblo Andaluz, le planteó Calderón que se podían crear puestos de trabajo para esas carencias. “Por su respuesta dejó bien claro con quién estaba. Aquí parece que lo importante es mandar y gobernar, el partido es palabra de Dios y los demás somos monaguillos”.En Andalucía hay más de un centenar de zonas desfavorecidas.La singularidad del Polígono Sur es su alta población, superior a los cincuenta mil habitantes. “Europa está envejeciendo”, dice Bretón, “y este sector es una de las zonas con más gente joven de Sevilla”. Jóvenes sin porvenir, viene a decir Calderón. Que no tienen posibilidades curriculares de competir por un puesto de trabajo y que si lo consiguen se van del barrio. “Se han puesto bajísimos los alquileres para gente joven, pero no quieren venir. Tampoco las mujeres víctimas de violencia de género”. Comentan que hay cinco bloques de viviendas vacías “y es mejor tirarlas”.

Aunque en la Fundación Tagore el párroco contó con Curro Romero, Canorea, Pulpón o Chiquetete, está un poco cansado de ese cliché artístico del barrio. “Que vengan los mejores maestros del mundo y después los guitarristas y los niños bailando. Hay que saber cómo cómen, cómo duermen esos hijos del barrio. Hay mucha gente viviendo de la pobreza”.

El abandono es secular, el caos permanente, la suciedad endémica, pero los tres conviven con la esperanza y no sólo por prescripción teológica. “Siempre veo la botella medio llena”, dice Bretón. “En principio la gente es buena”, apunta Calderón. “Si no fuera así, esta Sevilla habría reventado”. Cuando era Defensor del Pueblo, Chamizo recibía muchas demandas del Polígono Sur “sobre todo a través de Cáritas”. “La Administración no puede mirar esta zona como un barrio más”.

Bretón ha hablado con Jaime Raynaud, viceconsejero de Fomento, y con Antonio Muñoz, delegado de Urbanismo, para el tema de los ascensores. Y con el propio Muñoz y con Patricia del Pozo, consejera de Cultura, para que ayuden al proyecto Coro Meridiano, un grupo de música clásica con niños del barrio cuyo rendimiento escolar ha mejorado exponencialmente.

El Comisionado se toma un café con los dos curas en la asociación de vecinos Solidaridad. Se confiesa optimista y se intercambian hitos de sus trayectorias. El concejal Bretón presentó al pregonero Javierre y el cura Calderón a Emilio Carrillo en Antares, que le suena a Divina Comedia del Dante.

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