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Joyería Muñoz, otro comercio histórico que echa el cierre en Sierpes
Una zapatería de lujo se instalará en esta cotizada esquina con Rioja desde septiembre.
Otro comercio histórico que desaparece del paisaje de la ciudad. La Joyería Muñoz, en la esquina de Sierpes con Rioja, echará el cierre el próximo 9 de septiembre. Justo un mes de vida le queda a este negocio que el próximo año hubiera cumplido su centenario. Sus dueños, José y Emilio Muñoz Almonte, se jubilan sin que sus hijos tomen el relevo. Ellos son la tercera generación y no habrá una cuarta. Tras el cierre, se establecerá en este número 38 de la calle más emblemática de Sevilla una firma zapatera de lujo.
Dicen las estadísticas que ocho de cada diez empresas familiares no superan la tercera generación. Y eso es lo que le ha pasado a esta joyería. Fue fundada en 1917 por José Luis Muñoz Hoys. Continuó al frente José Muñoz Muñoz, padre de los actuales propietarios, cuyos hijos tienen otras profesiones y no sienten atracción por este negocio. "En casa de herrero, cuchillo de palo, como dice el refrán. Yo sabía que iba ser complicado llegar a los cien años. Nos hemos quedado a las puertas", explica José, que con 76 años -su hermano Emilio tiene 70- cree que ha llegado el momento de parar, descansar y dedicarse a los nietos.
Joyería Muñoz echará el cierre en una calle Sierpes en la que cada vez quedan menos negocios históricos. Las franquicias han tomado el relevo de las firmas sevillanas. Todavía permanecen Maquedano, la Papelería Ferrer, la Campana, Blasfor o una de las tiendas de Bolsos Casal. Los cines, casinos o teatros de antaño han dado paso a las franquicias: "Se decía que en toda la calle Sierpes olía a café porque siempre había gente y establecimientos abiertos. Ahora a las nueve de la noche, cuando cierra el comercio, ya no hay un alma por la calle".
A pesar de esta "desnaturalización" de la calle, Sierpes sigue siendo la calle emblemática de Sevilla por excelencia. Los turistas llegan preguntando por ella, pese a que ya no viva el esplendor de otro tiempo. Como cuando funcionaba la asociación de comerciantes que tanto luchó por conseguir mejoras para el comercio: "La calle está descuidada. El pavimento no es el adecuado y está mal puesto y seguimos con las farolas de carretera".
Durante los últimos años, el negocio de la joyería se ha resentido por la crisis. Ya no se venden tantas alianzas de boda. Ha sido la relojería la que ha mantenido el negocio. "En todo el comercio está pasando que la gente viene, se prueba algo, le hace una foto y lo compra por internet en otro sitio. Nuestra estructura no nos permite vender por internet. Ahí estamos fuera de juego".
Los hermanos Muñoz Almonte han conocido una calle Sierpes que era el epicentro de la ciudad y de cualquier acontecimiento importante que se produjera. Han visto pasear a famosos como Orson Welles, que se compró una camisa en Abascal, o al ex presidente de la República Italiana Sandro Pertini, durante el Mundial de España. Han disfrutado cada año de las cofradías de Semana Santa. Pero éste era -aseguran- el momento propicio para echar el cierre tras algún tiempo de reflexión. Con ellos han estado trabajando codo con codo durante más de treinta años sus dos empleadas, Mari Carmen y Joaquina. "Son como de la familia".
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