Sevilla

La ciencia como garantía de la democracia

Miguel Ángel de la Rosa, durante la conferencia.

Miguel Ángel de la Rosa, durante la conferencia. / José Luis Montero.

La ciencia como garantía de la democracia, como forma de inculcar a los ciudadanos los conocimientos necesarios para que acudan a las urnas sabiendo lo que van a votar, fue el eje de la conferencia impartida ayer en el Ateneo por el presidente de la Real Academia Sevillana de las Ciencias, Miguel Ángel de la Rosa. La ponencia formó parte del ciclo Los martes de la Academia, que periódicamente se celebran en el Ateneo, y que ha tratado temas tan diversos e interesantes como las impresoras 3D, los neandertales en Matalascañas o el impacto de la tecnología en el paisaje, entre otros.

La conferencia llevaba por título Ciencia para una democracia responsable, "un título que inspira toda una serie de reflexiones acerca de la relación que pueda existir entre la ciencia, la política y la sociedad moderna en la que nos encontramos". "Si hablamos de ciencia para una democracia responsable se puede hacer la deducción que sin ciencia la democracia no es responsable. Es una aseveración dura, pero que corresponde bastante a la realidad", apuntó De la Rosa, que insistió en la necesidad de que los ciudadanos tengan conocimientos científicos cuando ejercen su derecho al voto.

Siguió el conferenciante con las definiciones de ciencia y democracia recogidas en el diccionario. "Ambos conceptos son resultado de la actividad intelectual y la interacción social del hombre. Si volvemos la vista atrás, tratamos de entender cómo el hombre ha sido capaz de elaborar esas leyes. Aquí hay dos fases importantes, la hominización y la civilización".

La primera etapa es la evolución biológica del primate al ser humano, "un proceso de millones de años que requiere una base genética". La segunda es un proceso posterior, una vez aparecido ya el hombre. "Es cuando aprende a vivir en sociedad, a interaccionar con otros de su misma especie, a salir de las cavernas y a poblar las ciudades. Es un tránsito mucho más corto desde el punto de vista temporal. No tiene base genética. Es el que nos conduce al desarrollo de esa ciencia y esa democracia".

Mientras la hominización viene marcada por las leyes de la naturaleza, en la civilización se produce un "vuelco total y absoluto". "Ya no es la especie sino el individuo el que toma el protagonismo. La vida y la libertad son lo esencial", expuso De la rosa, que citó el concepto de "inteligencia colectiva" acuñado por George Por y el de "egoísmo individual" de Adam Smith como "motor" de dicha inteligencia. "Si cada uno vela por su propio bien, el conjunto se mueve".

Pasó el ponente a literatos como Vargas Llosa, que convierte ese egoísmo individual en "virtud social". "Todo tiene que ir dirigido a que la sociedad progrese", indicó, para citar también a Emilio Lamo de Espinosa, autor del libro Entre águilas y dragones, sobre el enfrentamiento económico social entre EEUU y China. "Todo ese progreso se sustenta en lo que el llama la triada institucional esencial, que son la política, la economía y la cultura". 

Detalló De la Rosa los conceptos de ciencia y mercado y a Vannevar Bush, que sentó las bases de la financiación de la ciencia. "La democracia es el sustento de todo lo demás, sin ella difícilmente habrá ciencia o mercado". Tras un repaso a las distintas democracias, desde la ateniense participativa a la representativa de hoy, enfocó asuntos como la ciencia y la sociedad, la pandemia o las propias fake news que circularon entonces, y siguen haciéndolo hoy en día. 

"En la pandemia todos aplaudíamos a las ocho de la tarde en los balcones para reconocer el trabajo de los médicos, que nos curaban. Pero seguíamos encerrados. Los que realmente nos permitieron recuperar la libertad fueron los científicos con las vacunas. La ciencia necesita estabilidad, compromiso social. En los gobiernos hay ministerios estratégicos, como el de Defensa, el de Interior y otros, pero de Ciencia no siempre. Necesitamos un Ministerio de Ciencia".

El presidente de la Academia de Ciencias recordó la reciente intervención de Margaritis Schinas en un Foro Joly, que dijo que "Europa debe poner fin a la época de inocencia e ingenuidad y apostar por la autonomía y la asertividad". "Es la primera vez que un político reconoce un fracaso estratégico de la UE. Esto era una isla de bienestar pero le compramos la energía barata a los rusos, los chips a los taiwaneses y coreanos, y por qué no hablar de mascarillas y respiradores en el mercado chino. Europa ha aprendido que esa globalización no es tan recomendable desde el punto de vista estratégico".

Habló también De la Rosa de los peligros de la democracia y lo hizo citando a Unamuno con "la oclocracia, la soberanía de las muchedumbres analfabetas" y diferenció entre demagogia, que se sustenta en la falta de conocimiento, y la demagogía o educación del pueblo. "Tenemos más información que nunca y menos conocimiento también. Tenemos que enseñar en nuestras aulas a transformar la información en conocimiento. Y ahí las academias de ciencias tienen que jugar un papel clave".

Concluyó De la Rosa su intervención destacando las diferentes actividades de la Real Academia Sevillana de las Ciencias para fortalecer ese papel educativo y, por extensión, garante de la democracia. Dio paso después a un interesante debate en el que los asistentes destacaron la "enorme distancia" que existe entre el ámbito político y el científico. "El político no entiende más allá de los cuatro años, así que nos dirigimos a los ciudadanos directamente, para que la ciudadanía le exija a los políticos".

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