Paseo fluvial de Cazorla a Ruidera

ESTAS cuatro imágenes de Sevilla -Sierpes, Avenida, calle Feria, Salvador- que han salido de la imaginación y las vivencias de la pintora Virginia Saldaña conviven en una exposición con recreaciones de Lisboa, Salamanca, Edimburgo, Alcalá de Guadaíra, lugar de residencia de esta pintora enamorada de los pinares de Oromana, y de su Ayamonte natal.

Este rincón sevillano de la muestra que se inauguró en la galería Rosa Cabalga de Ayamonte simboliza los vasos comunicantes que unen a ambas poblaciones, un viaje de sentimientos del Guadiana al Guadalquivir, de Ruidera a Cazorla. A los políticos sevillanos les encanta Ayamonte: por orden cronológico, uno ha visto al diputado autonómico Alfonso Rodríguez Gómez de Celis -en realidad lo vio mi mujer- pasear por la playa de Punta del Moral; a la ex consejera Carmeli Hermosín a punto de coger el barquito de la desembocadura tras pasar una semana en Vila-Real de Santo Antonio; a Gregorio Serrano, supermunícipe sevillano, saliendo de misa de nueve de la abarrotada iglesia de las Angustias.

Más frecuente es ver por las calles de esta localidad a Isaías Pérez Saldaña. El presidente de Cartuja 93 que ocupó varias consejerías en los Gobiernos de Manuel Chaves fue concejal ayamontino tras las municipales de 1979 y ocupó la alcaldía entre 1990 y 1996. Este político, tío de la pintora Virginia Saldaña, era alcalde de Ayamonte cuando se celebró la Expo que veinte años después lo hizo cartujano. Su gran contribución colombina fue adquirir la Casa Grande construida en 1745 con los caudales traídos de Indias en los navíos San Jorge y Princesa.

Las calles Sevilla y Marte delimitan la plaza de toros de Ayamonte, construida en 1852. Ambas calles corresponden a los tendidos de Sol y Sombra, respectivamente. Evangelina Naranjo, entonces consejera de Gobernación, recogió en este coso el título de galeonero de Honor entregado a la Junta de Andalucía.

Son muy fructíferos los vínculos taurinos. En el cesante mes de julio, Curro Romero fue a comer al restaurante El Choco después de visitar el estudio de su amigo Florencio Aguilera. El pintor y mecenas está inmerso en el festival de música que organiza en el Patio de la Jabonería, donde hará una síntesis entre Alosno y Salzburgo. Entre los intérpretes invitados está Arcángel, que viene a la Bienal de Flamenco cuyos entresijos tan bien conoce la ayamontina Emilia de Jesús. Otra hija de esta localidad es Ana Isabel, la compañera de Kiko Veneno, devotos de los encantos de Castro Marim, pueblo fortificado del Algarve. El marinero en tierra de Alberti en un topónimo.

Hay sevillanos que se van de vacaciones a Ayamonte y quienes van de trabajo, como el actor y dramaturgo Paco Piñero, el impagable Tiresias de Las Bacantes de Eurípides en la versión de Távora. Piñero dirige El invierno bajo la mesa, una comedia de Roland Topor que ha pasado por escenarios de Ayamonte e Isla Cristina. Ayamontino consorte es el historiador Juan Ortiz Villalba, catedrático y autor del libro Sevilla 1936. De allí es su esposa, Rosa Álvarez, que pasa su primer verano como directora del IES Macarena.

Virginia Saldaña (Ayamonte, 1978) ya ha expuesto dos veces en Sevilla, una de sus ciudades-talismán. Lo hizo en la casa de los Pinelo, invitada por la Academia de Buenas Letras, y en el Burladero. A la inauguración asistió el todo Ayamonte y sevillanos que veranean por esos pagos, como el magistrado Damián Álvarez, presidente de la Audiencia -Ayamonte fue su primer destino profesional, con 25 años- o el periodista Paco Gamero, que pregonó la Semana Santa de la ciudad fronteriza.

En el restaurante Estadio hay fotografías en las que se ve a la duquesa de Alba y a Francisco Herrero en la exposición de capotes con la firma de Alex, pintor ayamontino, que pasó por la Cámara de Comercio de Sevilla y han viajado a Valencia. Uno de los tres hijos de Cayetano, el propietario del local. Su hermano mayor es músico; el pequeño, policía.