La moda flamenca es una destacada industria en Sevilla que genera al año, según los últimos datos difundidos, cerca de diez millones de euros. Es un sector muy exportador, que no sólo genera riqueza y empleo a nivel local, sino que contribuye a potenciar la marca de la ciudad pues la moda flamenca es una de las mejores embajadoras de Sevilla en el extranjero. Una proyección que la pandemia también ha frenado de golpe.

Por segundo año consecutivo, la supresión de la Feria de Abril y otras fiestas en Sevilla y el resto de provincias andaluzas, lastra notablemente los ingresos de un sector que también es muy estacional. La actividad de las empresas comienza en noviembre con el diseño de las colecciones y continúa en enero y febrero, con la presentación de las nuevas líneas en las pasarelas. Y las ventas  se prolongan hasta finales de octubre. La esperanza del sector es poder recuperar algo este año y, sobre todo, tener algo de fuelle para preparar las colecciones del año 2022.

Para ello, el Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Delegación de Economía y Comercio, ha iniciado una ronda de reuniones con distintas asociaciones y sectores vinculados a la moda flamenca para generar una serie de iniciativas y un programa de actividades para esta primavera siempre acordes con la situación sanitaria. El objetivo es dinamizar al sector y generar un programa de eventos que puedan contribuir a la comercialización de sus artículos y productos y ayude a difundir su trabajo y también la proyección nacional e internacional de la ciudad.

Este binomio de moda flamenca y turismo es potente. Así, en las próximas semanas se van a plantear distintas opciones para impulsar la actividad, por ejemplo, con desfiles en espacios patrimoniales o en vías públicas. En las últimas ediciones del Salón de la Moda Flamenca (Simof), un evento consolidado y con mucha proyección que la pandemia también suprimió, la presentación se ha desarrollado en monumentos como el Alcázar o en recintos como el de la Plaza de España y el Parque de María Luisa.

La idea municipal es que estos eventos tengan mucho impacto fuera de Sevilla y, así, sirva para promoción turística. Fuera de Andalucía, la demanda de trajes de flamenca se concentra en Madrid, Cataluña, Valencia o Extremadura, mientras que Japón (con más del 30%), Estados Unidos y Francia son los principales destinos de las exportaciones, según los datos de la Agencia Andaluza de Promoción Exterior (Extenda).

También se están barajando otras actividades para promover el reciclaje y arreglo de trajes y complemento, éstos mucho menos perecederos que el año pasado se quedaron colgados en el armario antes de que estallase la pandemia.

Según confirman fu entes municipales, el programa de actividades está negociándose. Además, próximamente habrá reuniones con más sectores afectados por la cancelación de la Feria por segundo año consecutivo.

El modelo de trabajo es similar al planteado ya también para la Semana Santa, pues el objetivo es único: dinamizar la ciudad y los sectores más afectados por la suspensión de las fiestas de la primavera. De hecho, se pretende que en este programa de actividades pueda participar también sectores como la hostelería.

De hecho, todo forma parte de un calendario global de eventos al aire libre para primavera que ayude a los sectores vinculados no sólo con la Semana Santa, y la Feria, también con el mundo de la cultura. La intención es replicar en parte el modelo implantado con éxito el pasado verano con conciertos, musicales, teatros, espectáculos familiares o magia en un espacio acotado del Palacio de Congresos y Exposiciones para 800 personas, todas sentadas y cumpliendo protocolos sanitarios.

A nivel andaluz, el sector de la moda flamenca se estima que engloba a 600 empresas que facturan más de 500 millones de euros al año. El pasado octubre se celebró una particular protesta en Sevilla para reclamar a la Junta ayudas para este sector: una performance de flamencas ataviadas de luto, una imagen muy impactante.