La Policía Local de Sevilla ha enviado el casco del motorista muerto en Méndez Núñez a la empresa fabricante para que practique un análisis del mismo. Los agentes encargados de la investigación de este accidente continúan realizando gestiones para esclarecer cómo se produjo el siniestro y cuál fue la causa por la que el piloto perdió el control de su Harley Davidson y terminó chocando contra una pared.

Para ello será fundamental la declaración de la mujer que viajaba de paquete en la motocicleta, que sufrió diversas fracturas y permanece hospitalizada y sedada. Por ello, la Policía todavía no ha podido tomarle declaración. Mientras tanto, los agentes han pedido al fabricante del casco que haga un análisis del mismo para conocer con exactitud cómo se produjo el impacto contra la pared. Según explicaron ayer a este periódico fuentes de la investigación, el motorista tenía el cráneo completamente hundido, lo que probaría que chocó contra la pared con la cabeza después de que el casco se le soltara en un primer impacto contra la fachada o contra el suelo.

El accidente ocurrió sobre las ocho menos veinte de la tarde del martes en la calle Méndez Núñez. Aún existe bastante confusión sobre los hechos, ya que hay varios testigos cuyos relatos no coinciden. Así, algunos apuntan a que el conductor realizaba alguna acrobacia y otros que circulaba a una velocidad excesiva y patinó sobre un paso de peatones. Tampoco hay unanimidad acerca de la procedencia de la moto antes del accidente. Algunos testigos aseguran que venía en dirección contraria desde Carlos Cañal y giró hacia la izquierda en Méndez Núñez, mientras que otros sostienen que procedía de la Plaza Nueva. Ante esta diversidad de relatos, los policías han optado por esperar a tomar declaración a la mujer herida para poder cerrar el atestado.

Hasta entonces todo serán hipótesis, pero la que cobra más fuerza parece ser de que venía desde la Plaza Nueva a gran velocidad y no se descarta que incluso conduciendo de manera temeraria. A la altura del número 6 de la calle, la rueda delantera del vehículo perdió el contacto con el suelo y la trasera patinó con la pintura del paso de peatones, lo que hizo al piloto perder el control de la moto y chocar contra la pared de un local vacío. El impacto fue tan brutal que el motorista rompió con la cabeza un cristal blindado. Además de su acompañante, otras dos personas, una de ellas un bebé de siete meses, resultaron heridas leves.