Real Alcázar de Sevilla: La hora de la recuperación de las murallas
Las actuaciones arqueológicas de 2019 se centrarán en estudiar en profundidad estos baluartes defensivos para abundar en su composición y en la cronología del recinto palaciego.
El Real Alcázar de Sevilla acometerá durante el próximo año importantes estudios sobre las murallas y las torres del recinto para conocer en profundidad su cronología, sus materiales, o su proceso constructivo.
El fin último es abrir a las visitas este privilegiado enclave que cuenta con unas inigualables vistas hacia el interior del propio palacio y hacia el exterior, con la Catedral, el Archivo de Indias y la Plaza del Triunfo en primer término. La apertura será posible cuando se complete la remodelación del acceso por la Puerta del León.
Dentro de las actividades arqueológicas programadas para el próximo año por la directora del monumento, Isabel Rodríguez, destaca la dedicada a las murallas.
En primer lugar, busca determinar la cronología de las murallas para discernir el origen tardotaifa o almorávide del primer recinto del Alcázar: “Mediante numerosas dataciones absolutas, excavaciones y análisis de materiales, topografía y estratigrafía, pretendemos ajustar la cronología en lo posible dentro de los dos períodos abarcados”.
En segundo lugar, con la caracterización de sus materiales y fábrica, recién iniciados los análisis de la fábrica muraria, “pretendemos completar su estudio con diversas técnicas a fin de definir el cronotipo exacto de su arquitectura”.
La comprensión de su proceso constructivo es el tercer objetivo. Detectadas diferentes fases de obra en la realización de la muralla, entre las que destacan el cegamiento de las cámaras de las torres y la elevación de las cámaras, así como diversos tipos de revestimiento, “se procurará ajustar la cronología de cada proceso ofreciendo las explicaciones oportunas de los cambios funcionales que supusieron tales alteraciones”.
En cuarto lugar, se justificará la construcción. Resolver la cronología correcta es algo esencial para poder comprender y analizar con meticulosidad la justificación de la obra dentro del contexto político de la ciudad y de Al Andalus. “Aún pareciendo más lógica la implantación de esta fortificación urbana durante el período de la dinastía abadí no puede obviarse que las dataciones comprenden también el ámbito de la primera ocupación almorávide”, señala.
En último lugar, el Alcázar quiere conocer las claves materiales e históricas de las posteriores ampliaciones. Son bien conocidos los impulsos que motivaron el crecimiento exponencial del Alcázar islámico a partir de la llegada de los almohades en 1148. Sin embargo, las fuentes históricas disponibles, escasas y contradictorias, no justifican una empresa de tal magnitud durante las últimas décadas del siglo XI o las primeras del XII, y aún menos la rápida expansión detectada arqueológicamente durante los inicios de la obra y su terminación provisional. “No es suficiente la constatación exacta de las claves materiales de la ampliación del recinto segundo y de la transformación de los accesos y la muralla. Se deberán extraer conclusiones históricas que permitan entender un cambio tan radical en los primeros años de vida del Alcázar”.
Con estos objetivos marcados, las actuaciones arqueológicas propuestas en la muralla son diversas.
Análisis de los paramentos, mediante la finalización de los estudios en los lienzos del primer recinto, incorporados a las viviendas interiores del Patio de Banderas. Las rehabilitaciones previstas para 2019 en las casas 2, 1, 12, posibilitarán este estudio. Igualmente, se analizarán las cámaras, adarves, almenas, puertas y torres.
La datación absoluta de las murallas, cámara, almenas, palacios y casas. Se procurará ajustar la cronología de las fases principales para generar cronotipologías constructivas fiables y extrapolables a otras edificaciones coetáneas. “Esto es especialmente importante para el período fundacional de la fortaleza, tal vez el más confuso de la historia política y material de Al Andalus. Para ello emplearemos principalmente la termoluminiscencia y el radiocarbono”.
La caracterización de materiales. Se avanzará en lo posible en el estudio cronotipológico de las fábricas a través de la caracterización de morteros, tapias, piedra y ladrillo. “Siendo no obstante estos ensayos objetivamente costosos, se tendrá que ser necesariamente selectivos, por lo que se concentrarán en los cronotipos principales”.
El análisis metrológico de la arquitectura. Los técnicos emplearán la herramienta mensiocronológica, una vez comprobada su utilidad a diferentes escalas en el propio Alcázar y en otros monumentos romanos e islámicos. Se aplicará a torres, murallas, edificios, así como a fábricas latericias y de tapia. Las pétreas, al utilizar piezas de acarreo, serán estudiadas aunque no en su función primaria.
Revisión integral de la información disponible sobre las murallas fundacionales. Aunque están estudiadas en gran parte y publicadas desde 1998, se procederá a su revisión y renovación gráfica y analítica adecuándolas a la información disponible tras dos décadas de aportes continuados.
La lectura de los muros de las torres del primer y segundo recinto. Estas estructuras, enlucidas en su interior, serán estudiadas previo picado arqueológico y levantamiento planimétrico de las cámaras interiores. En el lado occidental serán analizadas la torre angular noroeste y la torre del León; en el lado norte, las dos torres centrales y en el lado oriental, la torre de la casa número 12. “Todas ellas muestran indicios de innumerables reparaciones, refacciones y reposiciones desde su fundación hasta los años sesenta del pasado siglo”. El Real Alcázar aprovechará esta circunstancia para reparar los enlucidos, ya deteriorados desde su último tendido por Joaquín Romero en los sesenta y por José María Cabeza en los ochenta.
La lectura de las murallas adyacentes al primer recinto. Se incorporarán a este estudio los análisis de los lienzos y torres pertenecientes a los recintos 2 (siglo XI-XII) y 3 (siglo XII) contiguos al primer recinto, no investigados hasta el momento por las dificultades de acceso. En el recinto 2 se analizarán las torres del Patio del Tenis y la Torre del Homenaje o del Agua, también llamada “del enlace”, ambas situadas en el lienzo oriental. En el lado occidental se estudiará la torre embutida en la fachada del palacio del Rey Don Pedro y el lienzo contiguo conservado tras las escaleras originales del mismo. Por su parte, en el tercer recinto se examinará la torre de flanqueo oriental de la gran portada del León, fechada originalmente en el siglo XII y retocada durante el siglo XIV.
Estos profundos estudios sobre los casi 500 metros de murallas del Real Alcázar forman parte del contrato de investigación, gestión, conservación y difusión en materia histórico-arqueológica para el año 2019, destinado a completar el conocimiento sobre el edificio, el control de las actuaciones de mantenimiento, picados murarios, o saneamientos, que impliquen una alteración del bien para garantizar la documentación de las evidencias histórico-arqueológicas resultantes y la posterior elaboración de la memoria final de las intervenciones.Tras las actuaciones propuestas se habrá completado el análisis integral de todas las murallas y torres bajo jurisdicción del patronato del Real Alcázar.
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