Roban por quinta vez en un mes en una farmacia del Cerro del Águila
La botica de la calle Afán de Ribera ha sido asaltada cinco veces desde el miércoles de Feria, siempre por un delincuente que rompe el cristal y roba principalmente cosméticos.
Cuando vio una piedra de gran tamaño escondida debajo del contenedor de basura que está en la puerta de su farmacia, en la calle Afán de Ribera, Miguel Cuesta supo que le iban a robar por quinta vez en un mes. Antes le habían roto el cristal con una tapa de un imbornal que previamente habían dejado debajo del recipiente de basura. Cogió la piedra y la tiró al contenedor. Sospechó de un tipo que estaba parado en la esquina más próxima, mirando continuamente hacia la farmacia. "Esta noche nos roban", llegó a decirle a alguna de las empleadas.
Acertó. A las cinco menos cinco de la mañana de ayer, un hombre rompió el escaparate de la botica y entró por el agujero practicado en el cristal. El robo duró apenas un minuto. Todo está grabado en las cámaras de videovigilancia de la farmacia. El delincuente empujó una estantería para entrar en la farmacia, comprobó la caja registradora y se dirigió a otro estante donde se guardan los cosméticos más caros. Sacó una bolsa que llevaba oculta en su sudadera y la llenó hasta arriba. Luego se marchó a la carrera. El reloj de la cámara de vídeo marcaba las 5:56. Está una hora adelantado.
Es la quinta vez que la farmacia Cuesta sufre un robo de este tipo en poco más de un mes. Los dos primeros asaltos fueron la madrugada del miércoles al jueves de Feria. El primero a la una de la mañana. Mientras estaban en la comisaría denunciando los hechos, a las cinco, volvieron a robar aprovechando el boquete hecho en el cristal. Dos días después, el viernes de Feria, volvieron a robarle. De nuevo reventaron el cristal con una tapa de un imbornal que previamente habían escondido bajo el contenedor. El cuarto asalto se produjo hace dos semanas, otra vez por el mismo método. El quinto fue el de la madrugada de ayer. En esta ocasión el ladrón cambió de proyectil. Utilizó una piedra en vez de la tapa de la alcantarilla.
Los robos han sido denunciados ante la Policía Nacional, que ha abierto una investigación y tiene identificado al ladrón. Aunque en el vídeo de ayer aparece con la capucha de la sudadera puesta, en otros robos anteriores se le ve el rostro. Es un vecino del Cerro del Águila que salió de la cárcel recientemente y desde entonces ha cometido varios delitos. De hecho, ha habido más robos en otros comercios de la misma calle. En la farmacia suele robar cosméticos para luego revenderlos en los mercadillos. La hija del farmacéutico, Laura Cuesta, estuvo ayer en el mercadillo de Su Eminencia buscando sus productos, sin éxito. La Policía Científica tomó muestras en el interior de la farmacia, ya que el ladrón se cortó con el cristal y había restos de sangre.
"Los mismos agentes de la Policía Científica nos dijeron que para qué iban a tomar muestras, si ya sabían quién es. No entendemos por qué no lo detienen o lo encarcelan", explican los propietarios de la farmacia, que atendieron ayer a este periódico en su establecimiento. Mientras posaban junto al cristal destrozado, fueron varios los vecinos que les hacían la misma pregunta: "¿Otra vez?".
Los Cuesta asentían. Dicen estar desesperados por una situación que les supera. Los robos les han acarreado un perjuicio económico de entre 10.000 y 12.000 euros. Han decidido colocar una persiana de seguridad para que no vuelvan a destrozarle el cristal, pero el lacado en azul que lleva les ha obligado a esperar un mes. "Tendría que haberlo puesto sin lacar", se lamenta el farmaceútico. La pasada noche, como el cristal seguía roto, tuvieron que poner un vigilante de seguridad en el interior de la farmacia.
Miguel Cuesta lleva 44 años regentando la botica de la calle Afán de Ribera, 108. Le habían robado al descuido, y alguna vez de manera aislada, pero nunca antes cinco veces en un mes. Cree que la colocación del contenedor les ha convertido en un blanco fácil para los ladrones, pues hace un efecto pantalla. Han solicitado el cambio de ubicación a Lipasam -exponen también motivos sanitarios- y han presentado dos hojas de reclamaciones ante la empresa de limpieza, que se niega alegando que tendrían que pedir permiso a otros negocios para colocárselo delante. El permiso que nadie les pidió a los farmacéuticos para instalarlo allí.
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