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Sevilla

Semblanza del profesor Castiñeiras

  • El doctor Castiñeiras ocupaba desde 2012 la dirección del Departamento de Cirugía de la US

El profesor Castiñeiras.

El profesor Castiñeiras.

EL profesor Jesús Castiñeiras Fernández, gaditano de nacimiento y sevillano de adopción, es un prestigioso médico muy conocido, en el ámbito de la Medicina hispalense, por su actividad como Catedrático y Jefe de Servicio de Urología vinculado al Hospital Universitario Virgen Macarena y por desempeñar, en la actualidad, la presidencia de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla.

Su prestigio rebasa nuestras fronteras por haber desempeñado responsabilidades a nivel nacional -entre otras, la presidencia de la Sociedad Española de Urología- e internacionales por ser, entre otras muchas distinciones, miembro de las sociedades Europea y Norteamericana de Urología. Una faceta mucho menos conocida del profesor Castiñeiras ha sido su actividad de gestión universitaria que ahora finaliza y que ha venido desempeñando desde el año 2012. Nos referimos a la dirección del Departamento Universitario de Cirugía de la Universidad de Sevilla.

Para aquellas personas que no conozcan la labor que realizan estos departamentos, baste señalar que son los órganos responsables, en las áreas de conocimiento de su competencia, de la organización, gestión y control de la formación de los estudiantes universitarios, tanto de los grados como de la formación posgrado. En el caso que nos ocupa, el Departamento de Cirugía incluye a cinco áreas de conocimiento (Cirugía, Obstetricia y Ginecología, Oftalmología, Otorrinolaringología y Traumatología) que se imparten en los grados de Medicina y Cirugía, Biomedicina, Ingeniería, Fisioterapia, Odontología, Podología, Farmacia y Óptica y Optometría, así como en los másteres universitarios de Investigación Biomédica e Investigación Médica Clínica y Experimental. Es evidente que la dirección de un departamento de esta magnitud, además de ser muy compleja, tiene una repercusión directa en la calidad de la formación de los futuros profesionales.

Esta semblanza no tendría ninguna justificación si el profesor Castiñeiras, durante los ocho años de su gestión, se hubiera limitado a realizar las tareas administrativas de gestión y docentes, inherentes al cargo que, por otra parte, eran las que se esperaban, a tenor de lo que se había hecho, hasta ese momento, por sus predecesores en la dirección de este departamento. Sin embargo, la realidad ha sido muy diferente a la de las expectativas que había generado su llegada a la dirección del departamento, ya que asumió, desde el primer momento, retos que, siendo necesarios para modernizar la docencia, eran muy arriesgados e incómodos porque su abordaje requería eliminar privilegios de algunos profesores instalados en zonas de confort personal que en nada favorecían la formación de los alumnos, lo que le granjeó no pocas enemistades de algunos de esos colegas.

Otro de sus retos personales, donde también consiguió un buen numero de amigos, fue la puesta en marcha de la convocatoria de un concurso público, paralizado desde hacía casi veinte años, de un conjunto de plazas de profesores destinadas originalmente a ser desempeñadas temporalmente, mientras completaban su formación curricular para acceder a plazas de profesor numerario, a través de los procesos de acreditación nacional. Algo tan lógico, sensato y, sobre todo, contemplado por la legislación universitaria vigente estaba paralizado, impidiendo el acceso a la carrera docente de los jóvenes investigadores y doctores, tan sólo para satisfacer a personas que venían desempeñando estas plazas temporales desde hacía décadas y que corrían el riesgo de no poder renovarlas, en los nuevos concursos, sencillamente porque, en algunos casos, durante el largo período de tiempo en el que venían desempeñándolas no habían sido capaces ni siquiera de haber realizado y defendido la tesis doctoral o, en otros, de haber publicado ni un solo artículo científico con los resultados de su investigación, si es que habían realizado alguna.

Como las anteriores, podríamos señalar muchas otras acciones que algunos han calificado de temerarias, otros de valientes y otros muchos hemos valorado, por encima de todo, como un gran compromiso personal del profesor Castiñeiras con la Universidad y como acciones necesarias e imprescindibles para elevar la calidad y modernizar tanto la actividad docente como la investigadora del Departamento de Cirugía.

Entre ellas cabe destacar: haber estimulado y logrado el equilibrio en la dotación de plazas de profesores entre los diferentes hospitales universitarios (anteriormente concentradas casi exclusivamente en uno de ellos), la transparencia en la gestión, haber incrementado sustancialmente la representación de los estamentos de profesores asociados en los órganos de toma de decisiones del departamento, haber fomentado la coordinación y el dialogo con las instituciones sanitarias, la apertura del departamento a la sociedad en general y a otras instituciones académicas, la docencia coordinada, la investigación traslacional de utilidad pública y también la participación activa, en muchas ocasiones ejerciendo incluso la crítica, siempre leal y constructiva, en los órganos de gobierno de la Facultad de Medicina.

Seguramente, llegados a este punto, muchos lectores podrían pensar que no son más que buenas palabras de sus compañeros de departamento, destinadas a alguien que finaliza una etapa al frente de una institución, sin datos objetivos que avalen estas afirmaciones. ¿Y qué puede ser más objetivo que la opinión de los alumnos receptores de nuestra docencia?

En las encuestas objetivas que realiza la Universidad de Sevilla a sus alumnos, en las que se les pide su valoración sobre la calidad de la docencia que reciben, el Departamento de Cirugía en los últimos cinco años ha estado posicionado entre los 15 departamentos mejor valorados de la Universidad (de un total de 200 departamentos), siendo incluso el número uno en el curso 2016-17. Haciendo honor a la verdad, el mérito no es exclusivo del director, pero reconocerán con nosotros que sí le corresponde una buena parte de éste, especialmente cuando en etapas anteriores es mejor no recordar la posición que ocupábamos en ese ranking. Los miembros del Departamento de Cirugía queremos reconocer y agradecer públicamente, con esta breve semblanza, la excelente gestión realizada por el profesor Jesús Castiñeiras al frente del mismo y desearle lo mejor en su nueva etapa universitaria. 

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