Las custodias de presos restaron 72 policías de la calle el fin de semana

Interior no ha avanzado nada en la construcción de un módulo hospitalario para reclusos en Sevilla, que fue anunciada por el ministro Grande-Marlaska en enero de 2019

Seis patrulleros de la Policía Nacional, aparcados el pasado sábado en el Hospital Macarena.
Seis patrulleros de la Policía Nacional, aparcados el pasado sábado en el Hospital Macarena. / M. G.

La tarde del sábado había seis patrulleros de la Policía Nacional aparcados en la puerta de Urgencias del Hospital Virgen Macarena. Eran los de los agentes encargados de realizar custodias hospitalarias de presos, es decir, de vigilar a los reclusos que han tenido que ser excarcelados para que reciban asistencia sanitaria en el hospital. Dos policías custodian a cada uno de estos reos. El sábado, eran seis los presos ingresados en este centro sanitario. En total, 12 agentes por turno y 36 por día dedicados exclusivamente a estas labores y retirados del servicio operativo en las calles. Lo que es lo mismo, 72 agentes menos durante el fin de semana.

Y eso sin contar los que había en el resto de hospitales sevillanos. Este problema es histórico para la Policía Nacional en Sevilla, que ha vivido épocas en los que las elevadas custodias de presos han llevado a quedarse prácticamente sin agentes en las calles, sobre todo en turnos de noche y fines de semana. Ahora, esta situación tan crítica no se da porque en los últimos meses han llegado refuerzos, sobre todo de agentes en prácticas, pero no deja de ser llamativo que la vigilancia de los presos quite al menos 36 policías de las calles.

Los sindicatos policiales han denunciado en numerosas ocasiones este asunto. En los últimos meses, la central mayoritaria en Sevilla, Jupol, organización nacida del movimiento Jusapol por la quiparación salarial, ha expuesto públicamente el problema, para el que sigue sin encontrarse una solución aunque sobre el papel tiene una bastante sencilla, como es la construcción de un módulo hospitalario para presos. Es decir, unas dependencias dentro de uno de los hospitales de la capital andaluza que estén construidas con unos materiales especiales que los internos no puedan arrancar, utilizar como arma arrojadiza o para fabricar punzones ni estiletes.

Así, en una misma área del hospital estarían concentrados todos los reclusos con problemas de salud, de forma que pudieran ser controlados con una dotación mínima de policías. Módulos de este tipo existen en más de 40 hospitales españoles, algunos de ellos de ciudades mucho menos pobladas y más pequeñas que Sevilla. En Andalucía, por ejemplo, existe uno en el Hospital Punta de Europa de Algeciras. En el Virgen del Rocío hay un pequeño módulo con capacidad para cuatro presos, que no se usa casi nunca porque los médicos prefieren tener a sus pacientes en una misma zona del hospital y no tener que desplazarse a otra área del recinto para atender a una sola persona.

Las quejas no sólo proceden de los sindicatos. El Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, ya elaboró un informe sobre este problema en el año 2016. Maeztu no sólo lamentaba el enorme gasto de recursos que suponía la falta de un módulo hospitalario para presos, sino también la falta de seguridad en las dependencias que ya existían en el Virgen del Rocío.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, anunció en enero de 2019 la creación de un módulo de este tipo. En teoría la obra formaba parte de un plan de inversiones de 850 millones de euros para mejorar las infraestructuras de seguridad, pero desde el anuncio no ha habido ningún avance. Y han pasado ya catorce meses.

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