Un calor de récord: Sevilla ya ha sufrido treinta días a más de 40 grados en lo que va de año

No hay precedentes de un año con una serie parecida desde que la Aemet tiene registros... y todavía falta un mes para que acabe el verano

En primavera ya hubo nueve jornadas de temperaturas extremas y la situación se ha desbocado durante la ola de calor de agosto: han sido nueve días seguidos superando esa barrera

Sevilla encabeza las muertes por calor en Andalucía con catorce fallecidos

El termómetro de Plaza de Armas, el pasado sábado.
El termómetro de Plaza de Armas, el pasado sábado. / Juan Carlos Vázquez Osuna

Que en Sevilla haga calor no es noticia, porque calor ha hecho toda la vida. Que en Sevilla se alcancen los 40 grados tampoco es noticia, porque ni ha sido la primera vez ni será la última. Pero que Sevilla, cuando todavía falta un mes para que termine el verano, ya haya padecido treinta días a más de 40 grados en lo que va de año sí es noticia. La razón es sencilla: no hay precedentes de algo así desde que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) registra los datos y las estadísticas del clima en todo el país. El récord anterior, los 26 días de 2022, pasó a la historia a finales de la pasada semana. Y desde entonces hasta el lunes, que fue el día que la larguísima ola de calor de agosto por fin dijo adiós, los termómetros tampoco pararon de tener el 4 delante en sus horas más tórridas. Esa racha de nueve días seguidos con máximas por encima de esa barrera física y psicológica ha acabado de convertir 2025 en un año histórico.

La verdad es que agosto está siendo un mes diabólico en toda Sevilla, en la capital y en la provincia. En once de sus diecinueve días se superó el listón de los 40 grados en casi todas las estaciones que la Aemet tiene repartidas por el territorio, en algunos casos con holgura. En la ciudad, el mes ya comenzó con un pequeño anticipo los días 2 (40.1º) y 3 (40.4º), pero esta última ola ha sido el culmen (por ahora) de este estío insufrible. Esa serie de más de una semana por encima de la susodicha barrera da miedo: 41.7 grados el domingo 10, 43.7 el lunes 11, 44.4 el martes 12, 43 exactos el miércoles 13, 42.3 el jueves 14, 42.2 el viernes 15, 43.3 el sábado 16, 44.9 el domingo 17 y, por último, 41.2 el lunes 18. Estos son los datos del aeropuerto, pero el lugar da igual porque si se miran los de Tablada, pues más de lo mismo: la ola de calor comenzó con 40.9 grados el día 10 y prosiguió con registros de 43.3, 45.2 como tope el día 12, 43.3, 42.1, 41.7, 43.3, 44.7 y 41.0.

Agosto deja otro dato estremecedor que por suerte estremecerá menos a medida que pasen los días, ahora que esas corrientes más frescas están llevando las máximas al entorno de los 35 grados. Pero cuando la ola calorífica tocó a su fin, la temperatura media de todo el mes se elevó hasta los 40.7 grados. Y el promedio histórico está en 35.5...

Este agosto en el que el aire ha sido más fuego que oxígeno ha sucedido a un mes de julio que no resultó tan temible como cabía esperar. Eso no significa que el clima invitase precisamente a salir a la calle después de almorzar, pero jornadas con más de 40 grados sólo hubo seis: 42.5º el día 1, 41.4º el 2, 40.8º el 3, 41.8º el 15, 40.7º el 17 y 40.2º el 30.

En realidad llama más la atención lo ocurrido en junio, cuando hubo diez días en los que se alcanzaron o sobrepasaron las 45 grados. Para más inri, en la mayoría de ellos ni siquiera era verano. Esas jornadas, primaverales sólo en teoría, fueron el 8 (42.6º) y los cinco días anteriores a la entrada del verano: el 16 (40.3º), el 17 (40.1º), el 18 (40.5º), el 19 (42.2º) y el 20 (40.6º). Después hubo un paréntesis, incluso con alguna jornada maravillosa de no más de 30 grados, pero el mes también acabó fuerte con cuatro días seguidos para olvidar: 40.4º el 27, 43.1º el 28, 42.8º el 29 y 43.2º el 30. Aquella racha empalmó con el inicio de julio y el resultado fue una ola de siete días consecutivos que parecía irrepetible... hasta que llegó agosto, claro.

Que en la primavera sevillana sucedan episodios de calor extremo impropios de esa estación es otra de las noticias que deja este 2025. Y lo peor es que no sólo ocurrió en junio. A esos seis días excepcionales hay que sumarles los tres últimos de mayo, en los que ya hubo un primer tramo incompatible con la vida al aire libre: el día 20 se firmaron los 40.6 grados, el 30 se bajó levemente hasta los 40.1 y el 31 repuntó de nuevo el calor para quedarse en 40.7.

Lo que está pasando en 2025 no tiene parangón desde que existen registros. Según el Mapa del Clima, un “geoportal web” creado por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente con datos históricos y proyecciones de futuro, el promedio en el periodo 1961-1990 fue de tres días al año y entre 1985 y 2014 se duplicó hasta llegar a seis. En ambos casos, lejísimos de lo que ha ocurrido este año. El salto es cualitativo incluso en comparación con el pasado más reciente: según la Aemet, en 2020 hubo catorce días, en 2021 sólo seis, en 2022 llegó esa marca de veintiséis jornadas, en 2023 hubo veintidós y en 2024 se bajó a ocho.

La capital no ha estado sola en el padecimiento de esta calor inhumana. En la provincia tampoco se han librado de los excesos del mercurio y, al igual que en la gran ciudad, hasta seis estaciones de la Aemet repartidas por distintas localidades han dejado constancia de idénticas series de nueve días seguidos más allá de los 40 grados: Tomares (que marcó el registro más alto con 45.3 grados el pasado domingo 17), Morón de la Frontera (que tocó techo con 45.2 grados el mismo día), Fuentes de Andalucía (que el viernes 15 fue el lugar más caluroso de toda España con 43.8º), Carrión de los Céspedes, Carmona y Écija.

Con semejante contexto de extremismos térmicos no resulta extraño que Sevilla encabece la lista de fallecimientos atribuibles al calor durante los dieciséis días que ha durado la ola (del 3 al 18 de agosto). Catorce víctimas hubo, según los datos oficiales del Sistema de Monitorización de la Mortalidad (MoMo) del Ministerio de Sanidad.

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