La Plataforma Cívica Tres Barrios Amate, ante la difícil situación creada por la pandemia de coronavirus y las necesarias medidas sanitarias de protección establecidas, reconoce y agradece a los vecinos su generalizado comportamiento solidario y disciplina social desarrollados en los días de vigencia del estado de alarma, y realizaa un firme llamamiento a intensificar las normas prescritas con el objetivo de minimizar en lo posible el desarrollo de la infección.

Pero al mismo tiempo las Entidades que constituyen la Plataforma advierten a la ciudadanía en general y, especialmente a las autoridades nacionales, autonómicas y municipales, sobre la gravedad de las consecuencias económicas y sociales que el estado de alarma ha creado en una amplia proporción de vecinos de nuestros barrios.

La plataforma señala que las graves carencias que ya sufrían amplias zonas de Tres Barrios Amate  por su exclusión social desde hace más de tres lustros (desempleo, precariedad laboral, inseguridad, deficiente urbanismo, infravivienda, insalubridad, absentismo escolar, incultura, desvertebración vecinal) se han acentuado con la crisis del coronavirus. "El confinamiento y la parálisis económica no han hecho otra cosa que agravar la situación de tal manera que en los próximos meses es muy probable que se produzcan situaciones de auténtica emergencia social, que exige la activación urgente de medidas paliativas por parte de los servicios sociales y de las diferentes administraciones en general".

Y citan como las "más notorias y urgentes":

Las alarmantes tasas de paro, la precariedad laboral y la amplia existencia de trabajos de economía sumergida o carente de protección social han provocado ya en estos días situaciones muy difíciles en centenares de hogares que carecen de necesidades básicas. Son numerosas las personas que han perdido todas sus fuentes de ingresos, en general fruto de trabajos informales suspendidos por el confinamiento: empleadas de hogar, vendedores ambulantes o personas que se dedican a trabajos esporádicos de albañilería o pintura, recogida de chatarra... Ninguna de ellas cobrará seguro de desempleo ni tendrá acceso a otras prestaciones sociales.

El confinamiento ha limitado, cuando no interrumpido muy seriamente, las redes de apoyo mutuo de carácter familiar o asistencial, por lo que crece la desesperanza y el temor al futuro. Muchas de estas familias tienen una composición extensa en la que niños y mayores se encuentran expuestos a carencias más graves.

Las condiciones de las viviendas, la mayoría con menos de 50 m² construidos, con ventanucos estrechos, sin ascensor, con problemas de habitabilidad por falta de mantenimiento, muchas en estado casi ruinoso, hacen aún más insoportables las incomodidades de una cuarentena que ha de vivirse en una situación de hacinamiento familiar con ancianos y menores.

El desarrollo educativo, cuyas condiciones eran ya especialmente difíciles antes de estas circunstancias, se ha visto sometido a graves carencias en estas tres semanas últimas: la casi generalizada ausencia de ordenadores dificulta las posibilidades de continuar el estudio desde las casas, poniendo en evidencia como los desequilibrios sociales inciden en la desigualdad en el accesos a una buena formación; no es posiblela ayuda de los padres u otras personas mayores con formación suficiente para prestar apoyo educativo a los menores; el amplio abanico de absentismo y negligencia entre los adolescentes ha provocado en la práctica un abandono muy generalizado del trabajo escolar.

Nos preocupan especialmente los casos de familias cuyos hijos han perdido la única comida que tenían garantizada diariamente en los comedores escolares. Los paliativos que las administraciones han elaborado para resolver este problema alcanzan a muy pocas familias y el colapso de la comunicación con las administraciones hacen muy difícil el acceso a la ayuda.

Ciertamente se han producido algunos comportamientos incívicos que afectan a una parte pequeña de la población, que en ningún caso deben servir para estigmatizar a las personas empobrecidas que, por lo general, han observado comportamientos ejemplares pese a las condiciones descritas en las que se encuentran. No sólo basta la vigilancia policial, es necesario un trabajo de concienciación en la solidaridad yapoyo mutuo no sólo para evitar altercados, sino también para el cumplimiento estricto de las medidas del estado de alarma.

Todas estas dificultades, con el paso de los días, van adquiriendo un agravamiento que nos tememos alarmante porque las familias van agotando las escasas reservas disponibles. Por ello esta Plataforma califica de emergencia social de carácter muy grave la situación que se irá generando a lo largo de la próximas semanas y meses, que exige la activación urgente de medidas paliativas por parte de las diferentesadministraciones en general y de los servicios sociales.

La falta de operatividad de unos servicios sociales raquíticos, denunciada constantemente por esta Plataforma desde hace años ya saturados habitualmente con listas de espera de más de un mes en el mejor de los casos, en estas condiciones de excepcionalidad evidentemente carecen de los medios materiales y humanos necesarios no ya para intervenir, sino ni siquiera para coordinar una intervención mínimamente coherente ante situaciones de emergencia como la actual. Pero lamentablemente hasta ahora no hemos visto ninguna iniciativa en ese sentido.

La Administración Pública paralizada, los servicios sociales colapsados y la atención telemática sin preparación provisoria ni capacidad de respuesta para ayudar directamente a las familias que no pueden cubrir sus necesidades básicas de alimentación e higiene.

Desde esta Plataforma Cívica no podemos más que denunciar la gravedad de la situación que se está generando y exigir a las Administraciones que pongan en marcha un plan de choque, rápido y efectivo para paliar las necesidades básicas de los colectivos más vulnerables y minimice los estragos que el período de aislamiento va a ocasionar en las economías de dichas familias.

Así mismo y con la mayor urgencia y rigor posible deben ser estudiadas medidas que aborden el desarrollo de la crisis económica en los próximos meses y elaboren planes eficaces a medio plazo, puesto que en barrios como el nuestro sus efectos tendrán una duración mayor y un deterioro más grave en la vida de los hogares.