La quinta ola ha iniciado oficialmente su retirada tras encadenar un mes de descensos continuos en su tasa de incidencia hasta alcanzar este miércoles los 177 casos por 100.000 habitantes. No obstante, los fallecimientos, al igual que la ocupación hospitalaria y en UCI, se manifiestan siempre más tarde que la reducción de los contagios, poniendo un broche amargo a una buena noticia. El último azote de la enfermedad ha alcanzado este miércoles un nuevo máximo diario con 18 nuevos fallecimientos. Desde julio, el Covid se ha llevado por delante la vida de casi 190 personas, según los datos oficiales de la Consejería de Salud y Familias. En total, desde que comenzó la pandemia, 2.226 sevillanos han muerto como consecuencia del virus.

Aunque la provincia ha conseguido doblegar la curva de casos, los fallecimientos por el virus se siguen sucediendo cada día a niveles muy altos. Hace dos semanas que se están registrando cifras muy elevadas de decesos al día pese a la caída en picado de la incidencia. Hay que remontarse al pasado mes de febrero, en pleno pico de la tercera ola, para encontrar una cifra de muertes en un día más alta a los 18 comunicados hoy. Desde entonces, no se anotaba un número de muertos diarios tan alto hasta el pasado 19 de agosto, cuando fueron 16 los decesos comunicados. Misma cantidad que se volvió a repetir dos semanas después, el viernes pasado. Además, agosto ha registrado 109 decesos, cifras sin parangón desde marzo y que ponen de manifiesto la virulencia que sigue teniendo el virus pese a la efectividad de las vacunas.

Septiembre no va por mejor camino. En la última semana se han registrado 54 muertes por Covid, en su mayoría, en residencias y centros de mayores donde el virus ha vuelto a hacer estragos tras más de cinco meses de ausencia, según datos de la Junta.

La parte buena es que pese a la magnitud de estas cifras, la factura en vidas de la quinta ola queda lejos de las anteriores gracias al efecto protector de las vacunas. De hecho, en las tres últimas semanas, el número de fallecidos ha sido muy desigual en la provincia, con jornadas en las que se ha registrado una muerte, como el martes 31 de agosto y el sábado 28; seis fallecidos, los días 27, 25 y el sábado 21, y otras en las que la cifra de decesos se ha elevado hasta los 11, el pasado jueves 26, y los 13 contabilizados dos días antes.

Aún así, las muertes se han reducido más de un 60% en esta última embestida de la pandemia con respecto a la tercera ola, cuando la campaña de vacunación se centraba en los mayores residentes en geriátricos y el personal sanitario, y los meses de enero y febrero dejaron 520 decesos en la provincia. 

De la misma forma, y como es sabido por las experiencias anteriores, los fallecidos son el último indicador que empieza a aumentar en cada nueva ola, como está ocurriendo ahora, pero también son los últimos en descender. Primero lo hacen los casos diagnosticados, unos días más tarde las hospitalizaciones y por último los fallecimientos

De este modo, la tasa de contagios encadena un mes de descensos en Sevilla y se sitúa hoy en los 177 casos por 100.000 habitantes. A finales de julio superaba los 400. Salud ha informado en su último balance de 199 nuevos contagios -el registro de toda la pandemia ya supera 174.000-, aunque la incidencia acumulada a 14 días registra un nuevo descenso de 22 puntos en 24 horas. También sigue bajando el número de personas hospitalizadas, que ahora son 169 (11 menos que hace una semana), de las que 36 lo están en las unidades de cuidados intensivos (8 menos en siete días).

Respecto a los curados, Salud ha tramitado 971 altas epidemiológicas desde ayer. Con ellas, ya son 156.871 los ciudadanos que se han recuperado del coronavirus, aunque algunos sigan sufriendo sus secuelas.

Con estos datos, en la provincia hay 14.138 casos activos de Covid-19, tras restar cerca de 4.000 infecciones en una semana.