La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La intimidad perdida de Sevilla
La Hermandad de la Redención es la excepción que confirma esa regla que dice que el centro de la ciudad está colapsado de hermandades y que las que más crecen son las de los barrios extramuros. Esta cofradía que sale desde un barrio, como es el de Santiago, que se encuentra incardinado entre las feligresías de la Puerta de Carmona y de Santa Catalina, es la que más ha crecido en número de hermanos en los últimos 10 años. También ha aumentado de manera exponencial su cortejo de nazarenos, pasando de los algo más de 600 que sacaba en el año 1999 a los más de 1.100 que salieron el año pasado. Y a estas cifras hay que añadir una agrupación musical con más de 100 músicos y dos cuadrillas de hermanos costaleros.
El espíritu de esta joven hermandad, y por ende de la cofradía en la calle, ha calado entre los cofrades, sobre todos entre los de menos edad. En el último quinario al Señor de la Redención juraron cien nuevos hermanos, pero la devoción a la Redención no acaba ahí: seguramente antes del próximo Lunes Santo tengan que hacer una nueva recepción para que todas estas personas puedan vestir la túnica de nazareno.
La clave de este buen ambiente que reina en la antigua Plaza de López Pintado, conquistada por la hermandad para dedicársela al Señor, la tiene muy clara José Carretero, hermano mayor: "Somos una corporación joven. Se respira alegría nada más entrar por la puerta. La mayoría de los hermanos tienen menos de 40 años. Hay muchas ganas de trabajar y eso se nota en cómo todos los proyectos salen adelante". Producto de ese ir "todos a una" es que este año saldrá completamente renovado el palio de la Virgen del Rocío, que, además de las bambalinas, estrenará saya y faldones. A esto hay que sumar el nuevo paso para el misterio que se ejecutó con la anterior junta presidida por Antonio Chaves.
Pero la Redención es una corporación que también puede presumir de vida interna. Entre 50 y 100 personas acuden a las actividades ordinarias de la hermandad: "Estamos muy unidos. También se han renovado las reglas con una gran participación de hermanos. No hubo ningún problema y fueron aprobadas por el cabildo general por una gran mayoría".
Pero de lo que más orgullosos se sienten es de la asistencia social. La hermandad se encarga de atender a niños autistas a través de la Asociación Autismo Sevilla
¿Y el futuro? "Sólo con mantenernos así me daría por satisfecho", asegura el actual hermano mayor.
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