Cuando la bata del estudiante cotiza
Tres cuartos de siglo engalanando manos
Guantería Pino cumple 75 años en la calle Francos Se abrió en la Guerra Civil y desde entonces se ha convertido en un referente en la venta de este accesorio
Sobre el mostrador cinco guantes. Del blanco radiante al beige más oscuro. Ore del Pino Rivera se encarga de meterlos en el cajón hasta la próxima clienta que solicite verlos. No tarda mucho en venir una nueva. En menos de tres minutos aparece un grupo de señoras preguntando por la colección de invierno. En otro mostrador más pequeño se encuentra su hermano, Guillermo del Pino, quien pone al día el albarán. Aquí todo se escribe a lápiz y bolígrafo. El ordenador se usa poco. Ambos hermanos son los propietarios de un establecimiento que ha cumplido en la calle Francos 75 años, tiempo en el que se ha consolidado como referente en la venta de guantes. A la gran variedad y calidad del género que puede adquirirse en él se une el trato personalizado, asesoramiento propio del comercio tradicional.
Las puertas de esta tienda se abrieron en 1938 en el número 24 de Francos. Antonio del Pino Garrido fue quien se hizo con las riendas del negocio en aquel momento cuando España estaba sumida en la Guerra Civil. Su fundador -abuelo de los actuales propietarios- era un agente comercial acostumbrado a viajar por el país. "Se le podía llevar con los ojos vendados a cualquier ciudad y sólo con el olor adivinaba dónde se encontraba", asegura su nieto Guillermo del Pino. La idea de montar una tienda con el género que vendía por aquel entonces fue de su hijo Guillermo del Pino Ferrer, quien pretendía ue la familia (que vivía entonces en Málaga donde la guerra continuaba) se trasladase a Sevilla (en paz tras la victoria del bando nacional) y evitar así los continuos traslados del padre.
El hecho de que el guante fuera el artículo por el que se decantó el fundador para especializar la tienda lo explica Ore del Pino: "Se trataba de un complemento con el que mi abuelo estaba acostumbrado a comercializar porque se usaba mucho en el vestir de la época". "Al igual que hoy es impensable salir de casa sin móvil, antes no lo hacían sin guantes", apunta Guillermo. Antes de que llegara la década de los 80 ambos hermanos ya lo sabían casi todo sobre técnicas de tienda, venta, escaparate y gestión. Poco después se harían cargo del establecimiento.
Desde entonces Guantería Pino se ha caracterizado por el trato personalizado, el asesoramiento y la calidad de los materiales, lo que la ha convertido en un referente dentro de las tiendas de accesorios textiles. "En cada guante hay una gran carga de trabajo: el que corta los patrones, el que ensambla los dedos y el que lo remalla. Las personas que aprecian ese tiempo son los que no acuden a un chino y vienen aquí. Ellos son los que han mantenido esta tienda 75 años", declara Guillermo del Pino. Junto a la calidad, el trato es otra característica del negocio: "La gente se ha acostumbrado a ir a grandes superficies, coger artículos de las estanterías y que te cobre una cajera sin asesoramiento alguno", explica el dueño de esta emblemática tienda, para quien la clave para que el comercio local sobreviva es que "se enseña a la gente a saber comprar y a lucir lo que se lleva".
Ejemplo de ello son las pequeñas lecciones que el propio Guillermo imparte a sus clientes sobre protocolo. Así, los hombres que vistan de chaqué nunca han de ponerse los guantes, sino llevar el par en la mano izquierda, doblados y con la punta de los dedos hacia delante. De este modo, la mano derecha quedará libre para llevar a la pareja. En el caso de la mujer, el guante siempre cubrirá las dos manos hasta que le ofrezcan la primera copa en un aperitivo. Este complemento sólo se usará en la mesa en caso de que sean mitones, es decir, aquellos en los que los dedos están al descubierto desde los nudillos.
"Google y los estilistas neófitos están provocando mucho desconcierto. Si la gente quiere asesorarse, que vaya a los profesionales, así se evitan tantos errores como luego se ven", señala este comerciante, para cuyo establecimiento trabajan tres talleres artesanales españoles que le surten de una amplia gama de guantes. Esta variedad es la que ha llevado a famosos como Lucía Bosé, Carlos Herrera, Paco Lobatón o Raffaela Carrá y muchos más a adquirir dicho complemento. Entre estos clientes destacan unos muy especiales que ya le han hecho el encargo especial para las próximas fechas: los Reyes Magos de Oriente, quienes cubren sus manos el 5 de enero con los guantes de este comercio.
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