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Sanidad

Denuncia ante el Colegio de Médicos de Sevilla a un hospital privado en el que esperó cinco horas al traumatólogo de guardia

Personal sanitario por los pasillos de un centro hospitalario.

Personal sanitario por los pasillos de un centro hospitalario. / D. S.

A Alfonso S. T. no se le olvidará la madrugada del pasado 13 de noviembre. Una luxación de hombro, horas de espera a un traumatólogo al que nunca vio, una imprevista intervención quirúrgica que no llegó a realizarse y una cuantía económica cercana a los 150 euros son los ingredientes de la historia de este joven vecino de Alcalá de Guadaíra al que lo que empezó con una lesión de hombro le ha llevado a vivir una auténtica odisea que ha sido puesta en conocimiento del Colegio Oficial de Médicos de Sevilla, órgano a través del que el denunciante espera se "depuren las responsabilidades disciplinarias" que pudieran desprenderse de dichas actuaciones.

Según se recoge en esa queja formal a la que ha tenido acceso este periódico, el joven, que por su condición laboral no disfruta de sanidad pública sino que está adscrito a Muface, llegó poco antes de las cinco de la madrugada a un hospital privado de la capital, donde asegura había acudido en otras ocasiones y había sido atendido siempre "correctamente", con un fuerte dolor de hombro tras un tirón. Una vez allí le atendió un médico de urgencias que determinó que todo parecía indicar que podría tratarse de una luxación de hombro, diagnóstico que más tarde se le confirmaría. Tras un examen médico y una radiografía el paciente fue invitado a esperar al traumatólogo de guardia que le atendería por esta lesión, que no se encontraba en ese momento en el centro, y que, según le dijeron, estaba en camino. Hasta ahí todo normal. La inquietud de Alfonso llega cuando minutos después se le comunica que tiene que entrar en quirófano sin que, según consta en la denuncia, "fuera visto por ningún especialista ni precisado el motivo de dicha intervención quirúrgica".

"Temeroso ante la ambigüedad del diagnóstico y la imprecisión del tratamiento, insistí al médico de urgencias en conocer el resultado  de la radiografía porque no veía lógica tanta demora en el tiempo, ni necesaria una anestesia general como me indicaron para reducir un hombro. Les rogué que me indicaran si la entrada en quirófano significaba una intervención quirúrgica, así si se trataba de una simple luxación, fractura o alguna complicación desconocida por mí. Lo único que se me dijo es que el facultativo habría visto indicios para determinar eso, aconsejándome que me quedara ingresado", recoge el escrito.

A las 10:10 horas del día siguiente, el denunciante, que asegura seguía esperando la llegada del traumatólogo de guardia, pidió el alta voluntaria para buscar una solución en un otro centro sanitario "cansado de esperar un diagnóstico, de aguantar el dolor y a un especialista que nunca llegó". Un alta que, asegura, tampoco le fue firmada por lo que el joven decidió abanador el hospital más de cinco horas después sin que se le hubiera tratado una lesión que, indica en el mismo escrito de denuncia, fue tratada en el Hospital Virgen del Rocío "velozmente", de "forma humana" y "con verdadera urgencia".  "Me diagnosticaron efectivamente una luxación y sin necesidad de anestesia, ni quirófanos, sobre una camilla en cuestión de 30 minutos", destaca Alfonso.

Por su parte, la directora asistencial del centro ha manifestado en declaraciones a este periódico que el equipo de profesionales que atendió a Alfonso actuó siempre "siguiendo los protocolos del centro" para el tipo de lesión que presentaba para la que "está indicada la sedación y entrada en quirófano". "Al paciente se le atendió en urgencias, se le realizó una radiografía y ésta fue enviada al traumatólogo para que la valorara. En ningún hospital privado están los especialistas de guardia en el centro y en todos se actúa como se procedió aquí", matiza. 

El personal sanitario que lo atendió en urgencias asegura que "en todo momento" se le indicó que la reducción de las luxaciones de hombro en el centro se hacen bajo sedación y que para ello el paciente tenía que aguardar las respectivas seis horas de ayuno, de ahí la espera en una habitación del hospital. "El paciente se mostró en todo momento muy nervioso y se marchó sin esperar al traumatólogo porque decía que se había informado de que tenía que estar aquí en menos de dos horas y eso no es así", reivindica la sanitaria. "El traumatólogo no tiene que estar aquí, él vio la radiografía, diagnostico y preparó un quirófano para la hora a la que el paciente podía ser intervenido según los plazos. Hizo todo lo que tenía que hacer", insiste.

Pero la odisea sanitaria de Alfonso no queda aquí. Ahora el SAS le reclama el gasto realizado a la sanidad pública, de la que el joven no puede beneficiarse al pertenecer a Muface, que se eleva a 144,24 euros. Una cantidad que tendrá que asumir de su propio bolsillo ya que tampoco se hace responsable de ella la mutua al tratarse el Virgen del Rocío de un centro sanitario no concertado y al que el paciente acudió "por decisión propia", tal como consta en la carta de pago recibida por el paciente.

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