Un día sin reír es un día perdido

calle rioja

Los Síndrome (Víctor Carretero y Práxedes Nieto) celebran 25 años en los escenarios con 2.500 funciones. Ayer volvieron en la Sala Cero con ‘Justo a tiempo’

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Práxedes, iquierda, y Víctor hicieron subir a sus madres, Elena y Carmen, al escenario de la Sala Cero.
Práxedes, iquierda, y Víctor hicieron subir a sus madres, Elena y Carmen, al escenario de la Sala Cero. / M. G.

2.500 funciones en 25 años. Con la técnica de las azafatas del Un, Dos, Tres: a cien funciones por año, una función cada tres días y medio. Es la estadística del estajanovismo de los Sindrome, una pareja teatral formada por Víctor Carretero (Sevilla, 1971) y Práxedes Nieto (Sevilla, 1973) que celebraron sus bodas de plata en la Sala Cero. Suscriben la premisa de Charlie Chaplin: “Un día sin reír es un día perdido”. Hacen una versión muy particular de la pregunta de Cernuda en ‘Ocnos’: “¿Cuántos siglos caben en las horas de un niño?”. ¿Cuántos cuartitos de hora caben en un cuarto de siglo? ¿cuántos buenos ratos de sonrisas, risas y carcajadas? Porque las flechas de la risa siempre van guardadas en el carcaj de la sonrisa.

Ayer, con las calores, en calle Sol, tendido Sombra, volvieron a la carga con ‘Justo a tiempo’, con el que estarán hasta el 2 de agosto. En torno a ellos se ha creado una comunidad de amigos de los más diversos oficios. A todos ellos quisieron reconocerlos con una gala ‘conducida’ por el que desde 2002 ha sido su director, Fernando Fabiani, su médico de cabecera. Los Síndrome quisieron premiar a los que han hecho posible su trabajo. El icono de esta fidelidad es un payaso que vino de bien lejos. Gestionó el encargo Gonzalo Carretero, el hermano pequeño de Víctor. Y lo hizo en Burkina Faso, el país africano que hasta 1984 se llamó Alto Volta y cuya capital es Uagadugú.

Todo empezó el año 2000 con ‘Este circo no es normal’. Entonces les dirigió Miguel Garrido, ya fallecido. Su esposa, Inma Alcántara, recogió el galardón. Con esta obra recibieron el premio de compañía revelación en el festival de teatro de Palma del Río. El 2001 de la Odisea de Kubrick lo pasaron en cafés teatro en los que descubren a Arispy en los mandos de la técnica. En 2002 volvieron a la localidad cordobesa; no los habían programado pero el esguince de tobillo de un bailarín obligó a un cambio de programación y eso cambió su destino. Acudieron con ‘La prematura muerte de un viajante’, con Gonzalo Narbona como escenógrafo.

Los suplentes se convirtieron en titulares. Les salen medio centenar de bolos por el norte de España, que por video recordaron desde Bilbao y Santander las hermanas Merche e Isabel Lorente. Deciden dejar sus respectivos trabajos, Práxedes de monitor de aerobic, Víctor en el teatro de la Maestranza, y en 2005 estrenan ‘Clownquistadores’. Si en 2004 estrenan su primera furgoneta, ahora tendrán mánager por primera vez, Charo Casado y Juan Carrascoso. De su imagen empezará a ocuparse el fotógrafo Luis Castilla. Su Mediterráneo, con permiso de Estambul y Paco de Lucía, va de Algeciras a Estocolmo. Es la capital de los Síndrome, que estrenan en 2007 con músicas de Jasio Velasco y Rafael Cañete.

Marta Velasco y Gonzalo Bendala les graban un programa en su décimo aniversario, en 2010, el año del gol de Iniesta y del pico de la crisis económica. En 2011 estrenan ‘Mejor es posible’, su particular código da Vinci: 660 representaciones, muchas de ellas en empresas (gracias a la salmantina Pilar), y más de quince mil libros vendidos con el texto de la obra. Enrique Cameno empieza a diseñarles los carteles.

Cuando Antonio Álamo dirigía el Lope de Vega los programa para que hagan ‘Cineclown 3D’. Esta vez el tributo fue para el antiguo técnico Manuel Morente. La voz del actor de doblaje David Arnáiz surge para recordar la aventura de ‘Una de romanos’ en el Antiquiarium. En cualquiera encuentran un aliado: Práxedes en un compañero de la mili, Víctor en su ex suegro Gonzalo García, que les llevaría las cuentas. En 2017 llevan ‘Justo a tiempo’ al festival Jajejijojú de Málaga a una planta hospitalaria de niños oncológicos. De esa ciudad vinieron Idígoras, sumando del tándem de humor gráfico, y Mago Luigi. Mamen y David Peinado empezaron a encargarse de su maquillaje, fundamental en el rol de payaso ingenuo y payaso listo. ¿Quién es Jack Lemmon y quién Walter Matthau? ¿Quién Esteso y quién Pajares? ¿Quién Louis de Funes y quién Fernandel?

Uno dejó su trabajo de monitor de aerobic, el otro en el teatro de la Maestranza

En esta historia hay dos ‘Jesucristo Superstar’. El primero es surrealista. Víctor Carretero es el séptimo de los nueve hijos de Carmen, doctora en Historia que además estudió Periodismo y Teología. Al enviudar, se fue a Guinea Española para enseñar español para extranjeros. En un ‘Jesucristo Superstar’ todos eran negros, menos Judas, que era su hijo Víctor. El día del Vaticano en la Expo se representó la obra en el Palenque. A Jesús lo encarnó Fernando Fabiani (el Pilatos de la obra de José Luis Losa) y a Judas José María Barea, amigo de Víctor que reapareció en su vida como el Guadiana.

‘Éxito asegurado’ es su tercer teatro-conferencia. El técnico Nacho de los Ríos recogió su particular Uagadugú el día que cumplía 33 años, la edad del Superstar. José Antonio Aguilar y Jesús representan el festival El Perol de Carmona, donde los Síndrome son fijos. Uno de ellos es Malaje Solo, que pronto estrenará ‘Tuyo Cid’. Ignacio Delgado prepara un documental de estos 25 años titulado ‘Ser payaso es una cosa muy seria’. Los 25 años de la Sala Cero, cuyo timón llevan Ángel López y Elías Sevillano. Los 25 años de los 100 Montaditos y de Vladimir Putin en el Kremlin. Son cantera teatral de los Padres Blancos y el Padre Isaac. En el proscenio, una mesa con un papel: Reservado para las madres. Carmen, la madre de Víctor, nacida en Alhama de Almería; y Elena, la madre de Práxedes, de Zalamea la Real (Huelva). De Algeciras a Estocolmo. Orgullosas de sus hijos, inmortalizados en un retrato de Marián Angulo.

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