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Plaza Nueva. Rafael Carmona Ruiz

"No encontré respaldo en el asunto de las facturas falsas"

  • Es auditor de la Cámara de Cuentas y profesor en Económicas

  • Ya era las dos cosas cuando inició su aventura política

  • Rojas-Marcos lo captó para el Ayuntamiento desde el Estadio de la Cartuja

Fue concejal del PA y diputado del PP, pero antes Rafael Carmona (Córdoba, 1962) militó en otros dos partidos. Sevillista, en Urbanismo lo sustituyó el bético Emilio Carrillo.

-¿Cómo llega a Sevilla?

-Mi padre era veterinario y lo trasladan a Sevilla desde Córdoba.

-¿No siguió su vocación?

-Estudié en el colegio Alfonso X el Sabio, en el Porvenir, y desde que vi cómo construían esta Facultad yo quería ser economista.

-¿En las aulas nace la política?

-Formé parte del primer Cadus. el que boicoteó las elecciones de los Estatutos Blancos. Allí coincidí con Luis Pizarro y Pablo Ollero. Fui el claustral más votado de la Universidad. Saqué 694 votos.

-De alumno a profesor...

-1990 es un año clave. En enero empiezo a dar clases en la Universidad. El 15 de mayo empiezo de auditor en la Cámara de Cuentas. Coordino el departamento de fiscalización de los Ayuntamientos.

-Con ese perfil académico y profesional, ¿se complica la vida?

-No me la complica nadie. La Sociedad Estadio Olímpico me selecciona para dirigir la terminación del estadio. El 1 de marzo de 1997 empiezo y en agosto de 1999 el Mundial de Atletismo. Da miedo ver las fotos de cómo estaba en febrero de ese año. Pero soy persona de cumplir objetivos. El estadio se inauguró con un España-Croacia. Davor Suker marcó el primer gol.

-¿Y del estadio a la política?

-Fui en las listas del 99 como independiente, después me afilié.

-Vivió el cambio de siglo, de moneda, el alcalde era el mismo...

-Efectivamente, no cambió, y se podía haber aprovechado.

-¿Fueron socios del PSOE?

-Fuimos unos socios muy singulares. Teníamos libertad en nuestras áreas y refrenábamos las liberalidades que quería cometer el PSOE. Eso cambió con Izquierda Unida. El Plan General de participación pasó a ser el Plan de PSOE.

-Su partido (PA) deja el gobierno y usted deja el Ayuntamiento.

-Soy de la opinión de que tienes que estar donde te quieren. En las municipales de 2003 perdimos muchos votos en la Macarena y el distrito Este. Descubrimos el asunto de las facturas falsas. No encontré el respaldo del partido en unas actuaciones ilícitas que fueron escándalo monumental.

-¿El camino del PA al PP es de minorías?

-No crea. Muchos se pasaron. Javier Arenas me propuso incorporarme a su Consejo Asesor en 2008. Suena muy manido, pero no me resisto a que toda nuestra generación sólo haya conocido un gobierno en Andalucía.

-¿Dos partidos es infidelidad?

-Desde los 14 años me apasiona la política. Soy de los que creían que Areilza iba a ser el presidente del Gobierno, me sorprendió que eligieran al secretario general del Movimiento. Lo que activa mi intervención en política es la salida de Manuel Clavero del Gobierno. Con 18 años fui a la calle Imagen a afiliarme a Unidad Andaluza. Me considero una persona de centro con vocación andalucista.

-¿Por eso se fue al PA?

-Van a pensar que voy de flor en flor, pero en un viaje universitario a Zaragoza conocimos a José Ramón Caso y me afilié al CDS. Suárez me seduce. Coincidí con él.

-¿Profesores que le marcan?

-Manuel Ortigueira, José Luis Galán, José Vallés. Que yo me dedique a la auditoría del sector público se lo debo a que fui de prácticas un verano al Ayuntamiento de Sevilla cuando Vallés era delegado de Hacienda. En la Consejería pedían experiencia en Intervención, que no se daba en ningún sitio.

-¿Se fue el sueño del estadio?

-Yo soy un defensor del estadio. Negocié con Lopera y con el Sevilla. Yo era de los que gritaba en el campo del Sevilla "este estadio no se vende" y me llamaron para gestionar el estadio olímpico.

-¿Cómo ve Sevilla ahora?

-Me da mucha envidia Málaga. Nos ha pegado un revolcón tremendo. Hemos salido de la crisis, hace falta otra locomotora como fue la de ciudad del deporte. Han pasado 17 años y siguen igual la Fábrica de Artillería o la Gavidia.

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