"Aquí no se nos entrenó a trabajar en equipo"
Los invisibles · Mario Alonso Puig
Este cirujano es un trotamundos del liderazgo y las emociones, médico convertido en conferenciante y ensayista capaz de diseccionar sonrisas y lágrimas.
PROCURA ser invisible, tránsito del que Mario Alonso Puig (Madrid, 1955) sale cuando gana el premio Espasa de Ensayo con El cociente Agallas o aparece en El Hormiguero de Pablo Motos.
-¿Se puede aprender a ser pesimista?
-A ser pesimista y a ser optimista. El entrenamiento mental y emocional de la persona puede conseguir cosas que hasta hace poco parecían imposibles.
-El libro lo subtitula Sé valiente, cambia tu vida. ¿Se han apropiado los políticos de la palabra cambio en sus campañas?
-La naturaleza de la vida es el cambio.
-¿Qué diferencia a la risa de la sonrisa?
-Hay una diferencia de tipo anatómico y sociológico y otra de tipo social. Desde el punto de vista anatómico, cuando sonreímos activamos la región prefrontal izquierda del cerebro, que es donde están las emociones positivas. Cuando reímos se produce una liberación muy importante de unas hormonas llamadas opiáceos endógenos, como la endorfina o la encefalina, que propician una reducción de dolor o una sensación de satisfacción.
-¿El llanto es liberador?
-Sí, en tanto que permite que ciertas emociones como la tristeza puedan fluir. Cuando las contenemos, las secuestramos o intentamos anularlas, estas emociones empiezan a funcionar en nuestra contra.
-¿Citar a Roald Dhal, autor de Mathilda, es una apuesta por el sentido del humor?
-Es fundamental cuando nos enfrentamos a situaciones adversas.
-Doctor Alonso, si España fuera un paciente, ¿qué diagnóstico le daría?
-Es un país con unos recursos y un potencial humano excepcionales, que tiene que mejorar su estado de ánimo y su confianza en sí mismo; sentirnos orgullosos de aquello que somos y no tener ninguna vergüenza en mostrarlo al mundo sin arrogancia.
-¿Qué le atrae de Churchill, un político que ganó el Nobel de Literatura?
-Que en un momento de excepcional dificultad para el Reino Unido supo hablarle al pueblo sin engañarle, prometerle "sangre, sudor y lágrimas". Mostró capacidad frente a aquel enorme desafío que fue la Segunda Guerra Mundial y en particular la batalla de Inglaterra.
-Thomas Alba Edison, Walt Disney, John Lennon, Michael Jordan. Los cita porque nadie apostó por ellos. ¿Cuántos talentos quedaron en el camino?
-Se quedaron muchísimas personas porque creyeron más en lo que otros les decían que en ellos mismos.
-¿Somos gerundio?
-Es una frase muy acertada de Ortega y Gasset. No somos un participio, somos un gerundio. No estamos hechos del todo, somos y nos vamos haciendo.
-¿Medicina o literatura?
-Las veo tan enormemente complementarias que es como decir qué tiene más presencia en la naturaleza del agua, el oxígeno o el hidrógeno. Son dos caminos hacia el humanismo, al que pertenece la atención al enfermo. Admiro a Marañón o a Juan Rof Carballo como médicos y escritores.
-¿Y los enfermizos?
-Pienso en Marcel Proust, un gran escritor con una salud muy delicada que sin embargo supo hacer de esa circunstancia un aprendizaje. Es muy difícil conocer lo que es la luz si no se ha conocido la oscuridad.
-¿Le han ofrecido sinónimos para agallas?
-Muchos, algunos muy curiosos.
-¿Dónde están exactamente las agallas?
-En varios sitios. En la región prefrontal izquierda, el núcleo accumbes o en el hipocampo, que tiene forma de caballito de mar y está para controlar el miedo.
-¿Cómo surgió su vocación de médico?
-Tenía 14 ó 15 años. Estaba viendo un documental en la televisión de blanco y negro en el que los médicos hacían lo que podían por salvar la vida de los damnificados en un terremoto. Mi ilusión era ser biólogo, pero aquella presencia del sufrimiento humano cambió mi vocación.
-¿Hay que reunirse más, pero con uno mismo?
-Estamos acostumbrados a pasarnos la vida haciendo y haciendo. Deberíamos parar un poco, tranquilizarnos, organizarnos. Eso activa la región prefrontal izquierda en la que están la alegría, el entusiasmo.
-¿Preferencias de lector?
-Rilke, libros de filosofía, de filosofía oriental. También me gusta mucho Víctor Hugo, muchísimo Dickens. Y los libros de neurociencia.
-¿Es un libro de autoayuda?
-Más bien un ensayo de crecimiento personal.
-¿Viaja como médico o como ensayista?
-Viajo mucho por muchos países para impartir conferencias sobre liderazgo, gestión de la incertidumbre y trabajo en equipo.
-El concepto equipo ha sido secuestrado por el ámbito deportivo, del que usted destaca al jugador de béisbol Ted Williams o el saltador Fosbury...
-No se nos entrenó de pequeños a trabajar en equipo. Por mi experiencia en Estados Unidos, si no trabajas en equipo no hay lugar para ti en ningún hospital.
-¿Dónde está la envidia?
-No ocupa un lugar físico. Es una mezcla de frustración, ira y miedo que ciega el aprendizaje personal y olvida que nadie se eleva destruyendo a otro.
-¿Y el amor?
-La pulsión del amor reside en sumar el amor yin, amor compasivo y de ternura, con el amor yang, el de la fuerza, el que le dice a la persona amada o que necesita escuchar aunque no le guste escuchar. Con esta sabiduría oriental, el principal adversario del amor no es el odio, es el miedo. Y por lo mismo el amor nos ayuda a superar nuestros miedos más profundos.
-¿Puig es catalán?
-Un abuelo catalán y otro extremeño. Mis dos abuelas, andaluzas de Andújar.
-Una pregunta más al Puig que al Alonso. ¿Cómo ve lo de Cataluña?
-Todos los aspectos externos son expresión de aspectos internos. Si no aprendemos a cooperar unos con otros no tendremos ninguna ventaja competitiva.
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