Sevilla

Las farmacias de Sevilla sortean los problemas de suministro de medicamentos: "Casi siempre hay sustitución"

El farmacéutico sevillano Julio Cansino, en su botica de Castilleja de la Cuesta.

El farmacéutico sevillano Julio Cansino, en su botica de Castilleja de la Cuesta. / José Ángel García

Según el informe semestral sobre problemas de suministro publicado recientemente por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), esta problemática se mantiene alza. En concreto, la falta de suministro ha crecido un 31% sólo en los primeros seis meses del año y afecta en estos momentos a 560 presentaciones. Dentro de los grupos de terapias más afectados, los fármacos del sistema nervioso y cardiovascular son los que registran los mayores problemas.

Trankimazin, Alprazolam, Nasonex, Rigotril, Augmentine, Bisolvon o, incluso, Aspirina, son algunos productos farmacológicos que en estos momentos presentan problemas de suministro en algunas de sus presentaciones. No es una situación excepcional. El desabastecimiento de ciertos medicamentos lleva ocurriendo desde hace tiempo. Así lo asegura Juan Pedro Vaquero, vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, quien asegura también que no hay motivos para la preocupación. "No se me han transmitido problemas. Hablamos de presentaciones muy concretas de marcas conocidas que durante un tiempo, más o menos prolongado, comunican al Ministerio de que no van a seguir comercializándose. Afortunadamente, no hay grandes casos. Normalmente, hay una alternativa para sustituir a esos fármacos que están teniendo problemas puntuales o a largo plazo", argumenta Vaquero.

¿Qué ocurre cuando esto no es así y un producto desaparece del mercado? El vicepresidente de los farmacéuticos sevillanos explica que también hay solución para ello. "Lo primero es ofrecer al paciente el tratamiento genérico de ese que trae prescrito, ya que ahí no hay cambios del principio activo. Si no encontramos un sustituto que sea exactamente igual, tenemos que ponernos en contacto con el médico para ver si se puede cambiar el tratamiento para encontrar algo similar", continúa la explicación el vicepresidente del Colegio. "En última instancia, se recurriría a la solicitud de medicación extranjera, pero eso ya no lo gestionamos nosotros como farmacéuticos o como colegio profesional, eso depende ya del Ministerio de Sanidad", añade.

Con este control, el mensaje que mandan los farmacéuticos sevillanos es de "total tranquilidad". "No tengo la sensación de que exista una subida sustancial objetiva de desabastecimientos. Se trata de un listado de medicamentos que entran y salen. Al Colegio no nos ha llegado una preocupación por esta circunstancia en el sector. Entiendo que los casos se están solucionando con productos genéricos o a través de la colaboración entre la red de farmacias en Sevilla", apostilla. Y es que, además del control de medicamentos de cada pedido, muchas de las farmacias sevillanas están adheridas al programa FarmaHelp, una herramienta que sirve de ayuda en el caso de desabastecimiento de medicamentos que no tienen sustitución. Se trata de una plataforma donde se anota este tratamiento y ésta indica si en alguna farmacia de alrededor lo tiene en en stock.

Y sin embargo, la solución más sencilla, que en muchas ocasiones es cambiar de laboratorio la medicación prescrita, donde entran en juego los llamados genéricos, sí puede generar algunos problemas para los pacientes, sobre todo, los más mayores, que conocen su medicación por los colores o formas de las pastillas y estas pueden cambiar. Para esto también están los farmacéuticos al pie del cañón dispuestos a echar una mano y tratar de que el cambio altere lo menos posible la adherencia al tratamiento. Farmacéuticos como el sevillano Julio Cansino, con décadas al pie de su botica, apunta esta circunstancia, pero defiende que, pese a ello, "la incidencia es mínima". "Es normal que algunos pacientes al ver un formato distinto nos pregunten si de verdad es el mismo fármaco. Ahí entra en juego nuestra profesionalidad y garantía sanitaria. Hay que hablar y explicar al paciente, pero lo normal es que no haya problemas", manifiesta.

"Realmente no existe ahora mismo un problema. Son productos, en su mayoría, diría que el 97% en mi caso, en los que falta una presentación concreta para la cual nosotros tenemos capacidad de sustitución", añade.

La fabricación de medicamentos forma una vasta red muy interrelacionada a nivel internacional en la que es frecuente que, desde los primeros pasos de la producción de un principio activo al envasado del producto final, los fármacos transiten por varios países y compañías. Los problemas a veces son de logística, "por ejemplo por la concentración de la producción de principios activos en cada vez menos fábricas y la dependencia de las mismas", apunta Vaquero. "Pero también de estrategia del propio laboratorio, que entienda que un determinado medicamento ha tenido su ciclo y lo deja de comercializar porque tiene un avance nuevo e intenta comercializar ese nuevo producto, o, más básico, como consecuencia de una alta demanda de algún tipo de medicamento que no estaba prevista, como ocurrió en la pandemia con ciertos productos, y eso acaba en problemas de abastecimiento puntuales", expone Juan pedro Vaquero.

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