"Es un fracaso para la ciudad. Se pierde un espacio cultural privilegiado en el centro"

El arquitecto del proyecto del Caixafórum en las Atarazanas de Sevilla, Guillermo Vázquez Consuegra, no daba ayer crédito a la noticia. En una entrevista telefónica con este diario afirmaba que nadie se había puesto en contacto con él para notificarle la decisión de trasladar el Caixafórum a la Torre Pelli, por lo que ya no se realizará un proyecto en el que ha puesto todos los conocimientos acumulados durante su dilatada trayectoria profesional. A Guillermo Vázquez Consuegra no le cabe ninguna duda de que la tardanza del Ayuntamiento de Sevilla en conceder la licencia de obra ha sido una de las causas principales de que, finalmente, se haya desechado un proyecto que iba a suponer una inversión de 25 millones de euros. También habla de "francotiradores" como la Fundación Atarazanas .

-¿Se ha puesto en contacto La Caixa con usted para explicarle las causas del cambio en el proyecto del Caixafórum?

- Me he enterado por la radio hace unos instantes. Hasta ese momento nadie me había comunicado nada. Sinceramente, estoy perplejo.

-¿Cuál ha sido su reacción?

-Inmediatamente he llamado a Barcelona [donde se encuentran las oficinas centrales de la Fundación La Caixa] para confirmar la noticia. Durante la conversación me han comentado que el Ayuntamiento estaba tardando demasiado en conceder la licencia de obras al proyecto.

-¿Es ésta en su opinión la principal causa del cambio?

-Sí. La licencia estaba pedida hace un año y no se entiende por qué no se había concedido ya. Tenía el visto bueno de la Comisión de Patrimonio, que es la única que tiene competencias en la materia, y el Ayuntamiento había dejado claro que el proyecto no tenía que ir acompañado por un plan especial. Después cambió de opinión y esto ha provocado que La Caixa, finalmente, haya decidido el traslado del proyecto a un inmueble de su propiedad como es la Torre Pelli. Si el Ayuntamiento hubiese dado la licencia de obras cuando se solicitó hace más de un año, ahora los trabajos ya estarían en marcha en las Atarazanas. No entiendo en absoluto cómo se puede tardar tanto.

-¿Cree que Sevilla pierde algo con la nueva situación?

-Podemos decir que es un auténtico fracaso para Sevilla. Un fracaso absoluto. Otro fracaso más. Éste era un proyecto para la ciudad que iba a suponer la rehabilitación integral de un espacio tan importante como son las Atarazanas, que lleva años sin ninguna utilidad pública. En total, se iban a invertir más de 25 millones de euros.

-¿Según su opinión, se pierde más en el plano cultural o en el patrimonial?

-En los dos. El proyecto para las Atarazanas suponía introducir un centro cultural privilegiado en pleno centro de la ciudad. La oferta de un gran espacio público y la rehabilitación de un monumento.

-Gustase o no, muchos destacaban del proyecto la recuperación de la zona baja de las Atarazanas, que se iba a convertir en una plaza pública cubierta, algo que apenas existe en Sevilla.

-Sí. Este espacio iba a tener las mismas dimensiones que la Plaza Nueva. Es decir, dos veces la Plaza de San Francisco. El hecho de que estuviese cubierto lo iba a convertir en el espacio público más cualificado de la ciudad. Además, suponía toda una reactivación del tejido urbano alrededor de las Atarazanas.

-El alcalde ha insinuado que en la decisión ha pesado el temor de que Sevilla entre en la lista negra de Patrimonio en Peligro de la Unesco.

-Eso es un despropósito que dice mucho del desconocimiento que desde el Ayuntamiento se tiene del proyecto para las Atarazanas. No hay un proyecto más respetuoso con el patrimonio histórico que éste. Todo se ha pensado para preservar el legado del antiguo astillero.

-El proyecto tenía enemigos...

-Eso es algo que tiene mucho que ver con la inercia propia de esta ciudad. Nunca se hace nada, pero cuando se hace algo inmediatamente surgen una serie de francotiradores que boicotean, precisamente, los mejores proyectos. Ha habido asociaciones como la Fundación Atarazanas que han torpedeado continuamente el Caixafórum de las Atarazanas.

-¿Pedirá indemnización por la suspensión del proyecto?

-Sinceramente, eso es lo que, ahora mismo, menos me preocupa. Lo que me importa es que se le da carpetazo a un proyecto en el que se ha trabajado con intensidad y rigor durante los últimos tres años. Hemos realizado un enorme esfuerzo, no sólo los miembros de mi equipo, sino un amplio equipo de profesionales entre los que había arqueólogos, historiadores, ingenieros, acústicos, etcétera. Todo ese esfuerzo y profesionalidad puede quedar ahora en nada.