Sevilla

Cinco hermandades cuentan con sistemas de seguridad para blindar a sus imágenes

  • Salvo el Gran Poder y Los Gitanos, todas tienen acceso restringido para los fieles

La agresión sufrida por el Señor del Gran Poder el pasado domingo ha reabierto el debate sobre la conveniencia de acercar las sagradas imágenes a sus fieles o mantener a éstos alejados por motivos de seguridad, dilema que, por otra parte, siempre ha estado latente en las hermandades. En la ciudad hispalense hay cinco hermandades que cuentan con sistemas de seguridad para blindar a sus titulares de un posible incendio u otra catástrofe. La primera en adoptar estas medidas fue la Hermandad de la Macarena en 1974, que cuenta con un telón cortafuegos que se activa dos veces al día durante las horas en las que la basílica está cerrada al culto. Actualmente funciona con un sistema de elevación eléctrico tras sustituirse el anterior, que era hidráulico.

En el último lustro mecanismos similares se han implantado en templos que son propiedad de otras cuatro hermandades. Es el caso del Gran Poder, cuya basílica cuenta con un telón cortafuegos desde las obras de mejora acometidas en 2008. Previamente al traslado a su basílica, los titulares de la corporación de la Madrugada contaban en su capilla de la parroquia de San Lorenzo con unas planchas de hierro que a modo de puertas los protegían de cualquier acto vandálico en los difíciles años 30 de la pasada centuria. Esta puerta metálica sigue siendo usada por la Hermandad del Dulce Nombre tras ocupar dicha capilla.

También cuentan con un sistema de seguridad similar las imágenes titulares de la Hermandad del Cachorro, tanto el Cristo de la Expiración como la Virgen del Patrocinio, instalados en 2007. Tras la corporación trianera fue la de la Amargura la que tomó la decisión de proteger a su Dolorosa y a la imagen de San Juan con un telón cortafuegos.

La última hermandad en adoptar medidas de seguridad ha sido la de la Esperanza de Triana, que tras la reciente ampliación de la Capilla de los Marineros, ha construido un búnker al que es descendida cada noche la talla de la Dolorosa para preservarla de cualquier incidente. Esta medida ya fue ideada en 1930 por la junta de gobierno que regía por aquel entonces la Hermandad de la Macarena que estudió la posibilidad de construir un sótano para la Virgen de la Esperanza en su capilla de la parroquia de San Gil. El proyecto nunca llegó a realizarse tras los sucesos de 1936.

Estos sistemas impiden que el fuego se propague al camarín de las imágenes, pero no evitan una agresión como la del domingo. No obstante, estas hermandades no cuentan con sistemas de acceso a su imágenes, o lo permiten de forma muy restringida y con vigilantes de seguridad, como ocurre los sábados en el camarín de la Macarena. La única imagen que está expuesta en besapié permanente como el Gran Poder es la de la del Señor de la Salud, de la Hermandad de los Gitanos. Su hermano mayor, José Moreno Vargas, reconoce que lo sucedido con el Gran Poder "obliga a reflexionar" a su junta de gobierno "sobre la conveniencia de mantener a la imagen en continua exposición a los fieles o blindada, aunque no hay nada decidido al respecto".

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios