El humor es una cosa muy seria

HUMOR se escribe con h. Igual que Miura, ese toro que anoche tuvo que lidiar Joaquín Arbide con Toro, su editor, para convertirlo en Mihura. La obra, perteneciente al género del teatro de provocación, se titulaba Maribel y la extraña cerveza. La representación tuvo lugar en la Fundación Cruzcampo.

Sevilla, llena eres de gracia (Guadalturia) es el último libro de Arbide. "Un libro de humor en el que aparecen las personas más serias de Sevilla". Fue lo primero que le sorprendió a José María Toro, el editor, cuando lo recibió. El libro es tan poliédrico como lo fue su presentación, para lo que su autor recurrió a lo que primero los antipsiquiatras y después los gastrónomos cursis llamaron deconstrucción. El autor está curado en salud, porque es más de Carpanta y sus hambres que de Arzak o Ferran Adrià.

En ausencia del anfitrión, Julio Cuesta, presidente de la Fundación Cruzcampo, Arbide le pidió a Maribel, azafata de la casa, que pusiera sendas cervezas para el editor y el autor. Un lujo del que carecen Herralde o Mondadori. Gracia, salero, ángel, guasa, malaje. Tantas variantes que Arbide solicitó el concurso del psiquiatra Jaime Rodríguez Sacristán, que definió al autor como "sevillano-tipo", es decir, "guasón y profundo". Con la excusa, que no lo es, del humor, se dijeron cosas muy serias. Julio Martínez Velasco: "El humor es el auténtico patrimonio de la humanidad, porque ningún animal ríe. No se le valora, sobre todo en teatro. Los dramaturgos trágicos son excelsos; los cómicos, basurilla".

En teatro y en cine. Miguel Caiceo coincidió en la aventura teatral de Tabanque con Arbide; acaba de regresar de actuar en Teruel, la tierra de Buñuel, y se refirió al séptimo arte. "Los cómicos sólo reciben premios cuando hacen llorar. A López Vázquez lo premiaron por Mi querida señorita, a Pajares por ¡Ay, Carmela! y a Alfredo Landa por Los Santos Inocentes".

Hay dibujos de Rioja, Juan Carlos Alonso, Garmendia y Manuel Ferrand. Estuvieron las viudas de los dos últimos. Pablo Ferrand envió un mensaje desde Alemania, hijo del único sevillano que ha ganado el premio Planeta y que aportó al humor gráfico el personaje de don Perplejo. Juan Carlos Alonso no es hombre de chistes. Es de Asturias, para empezar. Llegó a Sevilla por el PGOU y se tropezó con el Rinconcillo.

El autor recordó a los patronos de la gracia sevillana: José María Izquierdo y Joaquín Romero Murube. Leyó mensajes de Rafael de Cózar y de Emilio Jiménez Díaz. Pidió la aportación in situ de Rafael Mata, Rafael Sanmartín, Ángel Vela, Carlos Castro. Preguntó por Manuel Barrios y hubo un recuerdo de Pepe Guzmán, el centrañi de la Carretera Amarilla.

Recordó Arbide un tinto en el Giralda en 1975 con sus amigos -filósofos del humor- Aizpuru y Garmendia, con policías patrullando por Mateos Gago. "Como vuelvan a pasar, nos disuelven", dice que dijo Garmendia sin soltar el tinto, masculino de tinta, sangre de su galaxia Gutenberg.