La crisis del Covid-19

El límite del aforo amenaza la programación del Maestranza y de los grandes auditorios

  • La Junta de Andalucía fija en 200 el número máximo de espectadores en recintos cerrados, lo que hace inviable la actividad en teatros con cerca o más de 2.000 localidades

  • Sevilla es la única provincia que reúne este tipo de equipamientos, claramente perjudicados 

El equipo de 'Così fan tutte', con el director del Maestranza.

El equipo de 'Così fan tutte', con el director del Maestranza. / Juan Carlos Vázquez

La alarma se encendió el domingo en el Teatro de la Maestranza, que estrenó su temporada lírica con la ópera de Mozart Così fan tutte. El decreto publicado por la Junta de Andalucía en la noche del 29 de octubre fija nuevas limitaciones en el aforo de los teatros y espacios culturales que reducen a 200 el máximo de espectadores, una cifra que hace inviable la continuidad de grandes escenarios como el citado teatro sevillano o auditorios que se acercan o superan claramente las 2.000 localidades, como Cartuja Center o Fibes, que no tienen programación en los próximos meses.   

El malestar ha sido confirmado por el Ayuntamiento de Sevilla, una de las instituciones que forman parte del consejo de administración del Maestranza, que se reúne este martes de manera ordinaria y donde se debatirá sobre este problema, aunque no estaba previsto inicialmente. Este pasado fin de semana, los técnicos del teatro han tenido que hacer un gran esfuerzo para adaptarse a las nuevas instrucciones y cuadrar en las cuatro funciones a los abonados y las localidades vendidas y suprimir las entradas de protocolo. El aforo provoca un imposible margen de rentabilidad económica, pues supone un 11% de las butacas, y pone en jaque la programación lírica de Sevilla, pues el coste que tienen este tipo de producciones es muy elevado y seguir programando provocaría un déficit importante en sus cuentas.

Cartuja Center ve "imposible" programar si sólo puede llenar un 10% de sus butacas

Desde Cartuja Center ven tambén “imposible” programar con ese aforo tan limitado, que supone sólo un 10% de su capacidad en butacas, ya que cuentan con 2.000 en el auditorio principal.

La regulación, de hecho, es más estricta que en otras ciudades con temporada de ópera y supone una clara discriminación. Las limitaciones en otros teatros de España no son tan excesivas. En el Teatro Real de Madrid se limita el aforo al 75%; en Valencia, al 65%, pero sin tope de espectadores; en Oviedo, 600 personas; y en Barcelona, antes de cerrarse los cines y teatros, el límite era en torno al 65%. En Andalucía se ha limitado al 40%, con un máximo de 200 espectadores.  

"O esto se corrige o la situación es económicamente inviable; una cosa es no sacar beneficios y otra hacer agujeros en los presupuestos de estas instituciones", comenta Antonio Muñoz, delegado de Cutura del Ayuntamiento de Sevilla, que lamenta que quien ha legislado no ha tenido en cuenta la peculariedad de Sevilla, con tres grandes teatros. La solución para salvar a estos auditorios grandes sería no establecer un límite y subir un poco el porcentaje de aforo. De lo contrario sería más rentable cerrar las puertas, mientras que en teatros menores sí pueden seguir trabajando con cierto margen.  

Muñoz destaca que la restricción para los espacios culturales en Andalucía es más severa que la realizada para otros sectores y recuerda que el comportamiento en general del público, los artista y el personal de estos espacios está siendo todo un ejemplo por lo que se merecería un tratamiento que beneficiara su viabilidad económica.

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