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juicio por la violación en sanfermines 2016

"Son unos patanes, imbéciles y primarios, pero son buenos hijos"

  • La defensa insiste en su alegato final en que no hubo violación y 'la manada' defiende su inocencia al ejercer la última palabra.

"No son modelo de nada, pueden ser verdaderos imbéciles, simples, primarios, con comportamientos en sus mensajes patanes e infantiloides, pero son buenos hijos, algunos tienen trabajo y otros lo intentan, están unidos a sus familias y a sus amigos, pero su imagen ha sido destrozada sin que hayan cometido los delitos de los que se les acusa". Éste fue uno de los argumentos que Agustín Martínez, que defiende a tres de los cincos sevillanos acusados de la violación de los Sanfermines, expuso este martes en la Audiencia de Navarra para solicitar una sentencia absolutoria.

Al término del juicio, que quedó visto para sentencia después de 11 intensas sesiones, los cinco miembros de la manada hicieron uso del derecho a última palabra para reiterar su inocencia. El presidente de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra, Juan Francisco Cobo, fue dándole la palabra a cada acusado, que la utilizó para declararse una vez más "inocente" de la agresión sexual, como ya hicieron al inicio de la vista oral, a lo que añadieron que "confían" en la Justicia, incluso "plenamente" -dijo uno de ellos-, mientras que el guardia civil que ha reconocido el robo del teléfono móvil a la denunciante se mostró "arrepentido" por ello y pidió "perdón". Otro de los acusados dijo que espera que "esto termine cuanto antes", en alusión a los 16 meses que llevan en prisión tras su detención el 7 de julio de 2016, informó Europa Press. La sentencia por este polémico caso, que ha despertado una gran expectación mediática, podría conocerse después de las navidades.

En su informe de conclusiones ante los tres magistrados que deben deliberar ahora sobre este caso, Agustín Martínez criticó la instrucción del sumario por esta violación, "una de las más kafkianas que hemos tenido la desgracia de padecer", dijo, y el juicio propiciado tras una "breve y escueta denuncia". A su juicio, se trataba de "dar un escarmiento, poco importaba si los hechos eran ciertos o no", y cuestionó también la labor de la primera abogada de oficio que tuvieron sus clientes, por cuanto, en su opinión, "se limitó a no hacer absolutamente nada".

El letrado consideró en su intervención que la investigación partió de la "culpabilidad para llegar a una conclusión también de culpabilidad", por cuanto los policías forales y municipales "renunciaron a actuar" en defensa de la legalidad y la verdad y entraron en contradicciones con "marcas" que unos agentes situaban en una parte de la cara de la joven, otros en otra y otros no vieron; o la actitud "abatida" o "en diez minutos tranquila" según otros agentes.

En cuanto a los peritos, consideró que "partieron del error evidente" de tratar de determinar "la existencia" en la denunciante de un estrés postraumático y no "el origen" de éste, explica Efe.

Agustín Martínez afirmó, con respecto a la declaración de la joven, que "no pasa ninguno de los filtros" y aseveró que "el día 7 de julio de 2016 no hubo ninguna agresión sexual". Para sostener este argumento, el defensor recurrió a las frases que supuestamente pronunció la joven madrileña durante su declaración en la vista oral y que se desarrolló a puerta cerrada, al igual que nueve de las 11 sesiones, puesto que sólo se ha permitido el acceso de la prensa y el público a los informes finales de las partes.

"El día 7 de julio de 2016 no hubo ninguna agresión sexual", sostuvo la defensa

Entre las frases que según el letrado habría dicho la joven están que "no le taparon la boca", que se "estaba besando" con uno de los acusados y "cogida de la mano" cuando comenzaron el resto a entrar en el portal donde tuvo lugar la presunta violación; o que pensó que "iban a fumar un porro"; que "no sintió intimidación", que "no gritó"; y que "no se despertó desnuda y sola". El defensor llegó a manifestar que, de camino a ese portal, la denunciante era "la líder del pelotón" y cuestionó que si su intención era irse al coche a dormir decidiera esperar en la puerta de un hotel mientras los procesados accedían al interior en busca de una habitación para mantener relaciones sexuales.

Llegada de los acusados al Palacio de Justicia de Pamplona

En cuanto a la polémica fotografía que subió a una red social con la frase "hagas lo que hagas, quítate las bragas", el letrado dijo que no se trata de que la joven no pueda llevar una vida normal, sino que "sorprende en alguien que ha sido agredido sexualmente".

Otro de los abogados defensores, Manuel Canales, que representa al militar, aseguró que la joven "no quería denunciar" y se vio obligada a hacerlo por las circunstancias, porque sintió "pánico" al pensar que habían grabado las relaciones sexuales. Según este letrado, en lo vídeos no se aprecia "violencia física y lo dicen los peritos", hasta el punto de que "se ve cierta iniciativa de ella" y aparecen en todos los audios "jadeos y gemidos de voz femenina".

En esta misma línea, el letrado Jesús Pérez, que defiende al guardia civil, alegó en su informe final que la declaración de la víctima estuvo "influenciada por terceros" y también "instrumentalizada", al tiempo que sostuvo que "la presión mediática podía influir en los testigos y eso es lo que sucedió".

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