La portavoz del grupo Con Podemos-Izquierda Unida, Susana Hornillo, ha anunciado este domingo que la confluencia progresista, de la mano de Ecologistas en Acción, Alianza Verde, Los Verdes Andalucía y Alternativa Republicana, ha presentado una moción para abordar en la próxima sesión de la Comisión de Control y Fiscalización el vertido de "residuos tóxicos" al Guadalquivir a la altura del Estadio de la Cartuja previsto en el proyecto de reapertura de la mina de Aznalcóllar.

La iniciativa tiene como objetivo fundamental garantizar que las afecciones de este proyecto sobre el río a su paso por Sevilla cumplen con los requisitos sanitarios y ambientales estipulados por ley y que la población sevillana, especialmente la residente en los aledaños del río o que disfruta de éste como espacio de ocio y deporte, será informada de la nueva condición del Guadalquivir como cauce industrial y los efectos de degradación sanitaria y ambiental que ello provocará.

Según recoge el proyecto minero, en los primeros 18 meses se efectuará el vaciado integral al Guadalquivir de la corta Los Frailes y parte de la corta de Aznalcóllar (15hm3), esta última que acoge los lodos de la limpieza tras la rotura de la balsa hace 25 años. Ello supone un volcado de 15.000 millones de litros de líquido de alta toxicidad química con presencia metales pesados. Una vez iniciada la fase operativa y de explotación de la mina subterránea, la multinacional Grupo México verterá durante 17 años parte de las aguas de proceso de la mina (4.000 millones de litros al año), que se sumarán sinérgica e irreversiblemente a los que ya recibe el Guadalquivir desde la mina que la sociedad Cobre Las Cruces explota en la localidad de Gerena.

Susana Hornillo con miembros de los grupos ecologistas.

En esta línea, la confluencia progresista y Ecologistas en Acción han alertado de "la plena conversión del Guadalquivir en un río de sacrificio cuyo principal uso a su paso por el entorno de la capital hispalense será recoger residuos tóxicos de actividades industriales".

Para dar cumplimiento estricto a la legislación, la coalición pide al gobierno municipal la apertura de un proceso de información y consulta pública por parte del Ayuntamiento de Sevilla sobre las afecciones del volcado de residuos tóxicos al Guadalquivir (Ley 21/2013 de Evaluación Ambiental) en lo relativo a localidades afectadas o colindantes, así como la realización de un informe municipal sobre la compatibilidad del planeamiento urbanístico local con las instalaciones y la actividad del vertido en la zona del punto de volcado.

En esta línea, la portavoz de la confluencia, Susana Hornillo, ha emplazado al gobierno del PP a velar por que el proyecto cumpla con rigor la normativa vigente en lo referente a la ciudad toda vez que el proceso de adjudicación se encuentra judicializado y tiene a más de una decena de funcionarios de la administración autonómica imputados.

Junto a ello, desde la confluencia también se emplaza al equipo de José Luis Sanz a incrementar el control sanitario de las aguas a través de un dispositivo municipal que, en colaboración con entidades ecologistas, emita informes semanales sobre los niveles de toxicidad y presencia de metales pesados en las aguas, suelos adyacentes y urbanizaciones próximas al Guadalquivir y su dársena a su paso por Sevilla.

Asimismo, como medida de transparencia y prevención de afecciones en la salud de la población, la moción también propone que la instalación de paneles informativos en todos los espacios de ocio y deporte acuático del Guadalquivir que adviertan de su condición de río industrial por la recepción de vertidos procedentes de las minas de Cobre Las Cruces y Los Frailes de Aznalcóllar.

Impacto sobre la imagen de Sevilla

Por último, Hornillo ha manifestado también la preocupación de la coalición respecto al impacto que la contaminación del río pueda tener sobre las actividades agrícolas, de ocio, deporte y turismo. Según ha señalado, la presencia de agentes tóxicos en las aguas no sólo pone en riesgo la economía de poblaciones del entorno dedicadas al cultivos como el arroz o la pesca, sino que también puede ocasionar un impacto negativo sobre lugares enfocados a acoger al turismo de veraneo cercano a las aguas del Guadalquivir.

En esta línea, la concejala ha advertido que la proyección internacional de Sevilla asociada a un río industrial puede suponer una grave lesión para la imagen de la ciudad ante los turistas de todo el mundo y, especialmente, ante el público europeo que valora los destinos concienciados con la protección de sus entornos.

Para más información, consulte el proyecto de reapertura de la mina en este enlace.