"Sólo somos personas que hemos decidido ir a África Occidental porque el mundo no está dando respuesta a pesar de los llamamientos". La cooperante que permanece ingresada, médico de 35 años que ha mostrado su deseo de permanecer en el anonimato, se ha jugado la vida en varias ocasiones para tratar de ayudar en África. En una carta que escribió hace poco más de un mes, esta mujer comprometida relata el día a día de los voluntarios que acuden a la llamada de auxilio. "Los hospitales están vacíos; los centros de salud, cerrados en su mayoría. La gente muere a diario de diarrea o neumonía". Un relato sobrecogedor describe la falta de medios y la terrible realidad durante una de sus misiones en África. "Una niña que llega en una ambulancia después de seis horas de viaje con otros seis pacientes. No habla. Trato de crear algún tipo de contacto y me doy cuenta de lo difícil que es cantar con el traje puesto. Es como si intentara cantar corriendo un maratón".

Es experta en tratar a enfermos de ébola y otros cuadros severos. Su relato trata de transmitir la dureza del trabajo humanitario. "Situaciones dramáticas cuya descripción se hace imposible". Los niños que sufren, no sólo por el letal virus y la incertidumbre que genera cualquier cuadro febril, sino también por la separación de sus seres queridos centra su relato. Huérfanos y atendidos por ONG. La mujer ingresada en la sexta planta ha participado en múltiples misiones con Médicos Sin Fronteras, si bien en su última expedición no trabajó con esta ONG, según confirmó esta entidad cuando saltó la noticia de un posible caso de ébola en Sevilla. "Le doy de comer y le canto una nana, le cambio los pañales y le examino. El primer test es negativo. Quién sabe... puede que sólo sea una sepsis". También habla del miedo. De un compañero suyo que está pensando en huir. "No puedo juzgarle. Que nadie lo haga: trabaja de sol a sol sin protección adecuada porque no le llegan las mascarillas o las gafas".  Pese al terror que siembra la enfermedad, su denuncia está llena de valentía. "Quedarse sin sanitarios será una de las tragedias a las que África Occidental tendrá que sobreponerse".