FERIA Toros en Sevilla hoy | Manuel Jesús 'El Cid', Daniel Luque y Emilio de Justo en la Maestranza

Velá de Santa Ana

El origen de la grasa de la cucaña

  • La empresa Persán desarrolló hace más de 10 años una masa biodegradable que permitió sustituir el material industrial que se utilizaba y que ensuciaba el río

Un joven se atreve con la cucaña durante la celebración de la Velá de Triana

Un joven se atreve con la cucaña durante la celebración de la Velá de Triana / Juan Carlos Muñoz

Hace más de una década, la delegación de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla le propuso a la empresa de detergente Persán un reto: diseñar un producto biodegradable, viscoso, resbaladizo y fácil de untar, una masa especial que permitiera continuar con la clásica prueba de la cucaña de la Velá de Santa Ana sin contaminar el río.

Tradicionalmente, la cucaña, un tronco de madera que se ata a una embarcación y que los más jóvenes se atreven a cruzar como si fueran malabaristas hasta alcanzar el banderín colocado en uno de los extremos, se embadurnaba de una grasa industrial y bastante sólida, común en los talleres de automóviles y para lubricar piezas de metal. "El problema era que esta grasa era de un color bastante oscuro, manchaba bastante, olía y, cuando caía al río, no se disolvía, por lo que las manchas de grasas se quedaban flotando en el río, contaminándolo", explica Marcelino Sanromán, director de Investigación y Desarrollo de Persán.

Para evitar este problema, hace más de diez años, el Ayuntamiento se puso en contacto con Persán y le pidió que desarrollaran una alternativa a esta grasa industrial. "Querían que fuera biodegradable, que lubricara para que resbalara y que se disolviera con el agua. Al principio les dijimos que no, que no podíamos hacer eso, pero tras contactar con el departamento de I+D de la compañía, empezamos a realizar diferentes pruebas y vimos que era posible". El resultado es una especie pasta o masa transparente, inocua e inodora, con una viscosidad, textura y aplicabilidad similar a la grasa original. La nueva grasa se adhiere con facilidad a la cucaña y, al mismo tiempo, se disuelve con el agua, evitando que acabe flotando en el río.

La grasa anterior era oscura, bastante sólida y se quedaba flotando en el agua sin disolverse

"Aunque al principio dijimos que no porque creíamos que no era posible, en realidad fue bastante fácil, no tuvimos muchas complicaciones y prácticamente en un mes de trabajo obtuvimos el material final. Estamos especializados en la formulación de productos de detergentes y la mezcla que creamos surgió sin complicaciones", indica Marcelino Sanromán.

Persán solo fabrica este producto para el Ayuntamiento de Sevilla, que cada año le encarga alrededor de 100 kilos con motivo de la Velá de Santa Ana. "Al principio era menos pero con los años ha ido aumentando el pedido, ajustándose a la necesidad de la fiesta. Hay que tener en cuenta que muchos jóvenes tienen los pies mojados cuando se suben a la cucaña, y al disolverse esta masa con el agua, es necesario untar más cantidad que antes para que el tronco esté lo suficientemente resbaladizo", añade el director de Investigación y Desarrollo de Persán, que reconoce que, a pesar de llevar más de diez años fabricando esta masa no la han bautizado con ningún nombre especial más allá de grasa para la cucaña.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios