Los pescadores del Bajo Guadalquivir cambiarán la angula por el camarón. Así lo han decidido tras mantener varias reuniones con la Junta de Andalucía y con Capitanía Marítima. La prohibición de la pesca de la angula está vigente hasta noviembre de 2020 después de un veto de diez años. En este periodo se ha pescado de manera furtiva, pero los anguleros han optado en su mayoría por dedicarse al camarón. Sin embargo, una operación de la Guardia Civil a principios de febrero desmontó las artes de pesca a los barcos fondeados en el Guadalquivir, con lo que se interrumpió la pesca del crustáceo.

Después de la operación policial, los pescadores del Bajo Guadalquivir, agrupados en la asociación Treleis, ha mantenido varias reuniones con las autoridades para tratar de regularizar la situación y acabar con la pesca ilegal de la angula. En una nota de prensa, esta entidad informa de que el pasado 17 de febrero mantuvo un encuentro en Capitanía Marítima para “dar solución a las embarcaciones que se encuentran fondeadas” en el río, y que se utilizan para la pesca del camarón. En Capitanía se les dio “las pautas a seguir para poder regular estas embarcaciones, que carecen de regulación actualmente”.

La segunda reunión fue el 20 de febrero con varios representantes de la Junta, entre los que estaba la delegada territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, María Isabel Solís. Los pescadores trasladaron a los responsables autonómicos la situación en la que se encuentran, así como “la riqueza que hay en el ecosistema” del Guadalquivir. “Después de una hora y media de reunión, llegamos a la conclusión que el problema ha sido la lucha de los pescadores por la angula y comprendimos que, si hay que olvidarse de esa pelea la dejaremos al margen”, expone la nota de los pescadores.

“Nos olvidaríamos de las angulas y sólo nos centraríamos en la pesca de camarones y albures con embarcaciones que utilizen una luz de malla, dentro de la legalidad, sin hacer una pesca masiva no selectiva”, insisten los afectados, que piden que se les permita seguir pescando camarones y albures en el Guadalquivir mientras duren “los trámites para regular el sector”. “Hay muchas familias que viven de ello”, dicen los pescadores, que se comprometen a que no habrá redes anguleras en el río y a respetar la “biodiversidad de nuestro ecosistema”.