La estrategia trazada por el Ayuntamiento de Sevilla en materia turística para después de la pandemia pasa por algunas regulaciones que persiguen reducir al mínimo las molestias que pueden suponer para los residentes los hábitos de los turistas, evitar la percepción de exceso de visitantes en la ciudad y apostar por un turismo de calidad.

En esta línea, uno de los objetivos es evitar el colapso en la zona monumental o el barrio de Santa Cruz y para ello el gobierno municipal ha encargado un estudio jurídico que determine cuál es el límite de sus competencias para controlar determinadas actividades en la vía pública. La medida se dirige fundamentalmente a los grupos turísticos, esto es, los que llegan de la mano de guías oficiales, pero también de empresas tipo free tour y otras que prestan servicios como gymkanas y actividades que despliegan a los visitantes por el casco histórico.

Que un ayuntamiento pueda controlar esto es complicado, pues sus competencias se limitan a la información y promoción turística. Por ello, y dado que la zona de actuación sería un enclave que ya goza de protección como Bien de Interés Cultural, el gobierno de Juan Espadas está buscando la fórmula para intervenir con toda la seguridad jurídica. 

La intención de regular a los grupos turísticos ha causado ya alguna reacción en la oposición. El PP ha entendido que sería un paso atrás en plena época de recuperación económica y ha rechazado que se ponga cualquier tipo de límite que pueda alejar a los visitantes hacia otras ciudades. El nuevo portavoz popular, Juan de la Rosa, ha pedido al gobierno de Espadas que trabaje para implantar medidas que atraigan a un turismo de calidad.

Esto es precisamente lo que subyace en la sólida estrategia puesta en marcha estos últimos meses y que, según el delegado de Turismo, Antonio Muñoz, desconoce De la Rosa. "El gobierno municipal pretende ordenar los grupos turísticos para propiciar un mejor desarrollo de la actividad, una mejor convivencia en aquellos enclaves de mayor concentración, como todo el entorno de los monumentos declarados Patrimonio Mundial, especialmente en el barrio de Santa Cruz, evitar la competencia desleal, primando a aquellas empresas y autónomos que son profesionales de la industria turística, y reforzar la calidad de los servicios prestados", ha detallado Muñoz, que ha hecho un llamamiento a la tranquilidad del sector porque no trata de reducir los flujos, sino de ordenarlos.