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Medio Ambiente

El ruido de un festival en el auditorio provoca la indignación vecinal

Estado del interior del Auditorio Rocío Jurado tras la celebración de un evento.

Estado del interior del Auditorio Rocío Jurado tras la celebración de un evento. / José Ángel García

El problema del ruido en Sevilla durante los fines de semana ha vuelto tras la pandemia del Covid y amenaza con recrudecerse. Ejemplo de esta situación son las molestias sufridas por buena parte de los vecinos de distintos puntos de la ciudad y municipios cercanos como Camas, Tomares o San Juan de Aznalfarache la pasada madrugada a raíz de una fiesta celebrada en el Auditorio Rocío Jurado que no terminó hasta pasada las dos de la mañana.

El festival de música de este sábado en ese recinto municipal enclavado en la isla de la Cartuja y, sobre todo, la música tecno que sonaba de forma estruendosa ha provocado las quejas vecinales que han proliferado en las últimas horas en las redes sociales. Estas molestias impiden el derecho al descanso y afectan especialmente a los menores y a las personas de edad avanzada.

Lo ocurrido ayer demuestra una vez más que el asunto de las emisiones acústicas de los lugares de ocio en Sevilla sigue sin estar controlado, como han denunciado en numerosas ocasiones los vecinos. Hace casi tres meses, una de las terrazas con más éxito de Sevilla, el quiosco-bar Maquiavelo, en el Muelle de las Delicias, fue sancionada con 3.000 euros de multa por poner música a todo volumen.

A este respecto, el Ayuntamiento de Sevilla dio a conocer hace varias semanas que, a través del Servicio de Protección Ambiental, se había licitado el suministro de equipos de medición y monitorización acústica y un servicio de revisión de las 12 zonas acústicamente saturadas (ZAS) que están declaradas en la ciudad. El objetivo principal de este contrato, cuyo presupuesto global asciende a 230.266 euros, es elaborar estudios acústicos que determinen si se cumplen o no los límites de ruido, a partir del análisis de los 585 establecimientos que suman las ZAS. También se persigue diseñar un plan para la progresiva reducción de los niveles sonoros hasta los límites fijados en el decreto de protección contra la contaminación acústica de la Junta de Andalucía.

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